Frankfurt, 14 de mar. (Dow Jones) -- China ha sido el foco de la ira estadounidense por el comercio injusto, pero los excedentes extranjeros de Alemania son ahora mucho más grandes y pueden tener mayor impacto para la economía de Estados Unidos y el resto del mundo.

Los trabajadores chinos de reducidos salarios han ejercido una presión a la baja en los sueldos manufactureros estadounidenses durante años, pero las industrias alemanas compiten de manera más directa con las estadounidenses.

Nueve de las 10 principales categorías de exportación de Alemania, como maquinaria y equipo electrónico, son las mismas que las diez exportaciones de Estados Unidos más importantes, dijo Caroline Freund de Peterson Institute for International Economics.

El euro débil --que ha perdido alrededor de una cuarta parte de su valor frente al dólar en los últimos tres años-- da a las empresas alemanas una ventaja extra en los mercados internacionales.

Con China, la superposición de las exportaciones es menor, señaló Freund. Además, la moneda china no se considera infravalorada en estos días. Beijing ha estado haciendo esfuerzos por apuntalarla.

Los excedentes de Alemania han sido criticados por el nuevo gobierno de Estados Unidos, y serán destacados cuando se reúnan los ministros de finanzas del Grupo de los 20 en Baden-Baden el 17 de marzo. Sin embargo, el país escapó a la censura en la nueva agenda comercial del presidente Donald Trump, publicada el 1 de marzo, mientras que China, Canadá, México y Corea del Sur fueron criticados de manera severa.

Alemania tiene un superávit comercial bilateral mayor con Estados Unidos que todos esos países a excepción de China.

El gigantesco superávit alemán refleja la tendencia que tiene la nación para ahorrar en lugar de consumir, una imagen especular de los grandes déficits comerciales de Estados Unidos y sus bajas tasas de ahorro.

Dicho de otro modo, el superávit en cuenta corriente de Alemania significa que está acumulando activos en el exterior, mientras que el déficit de Estados Unidos muestra que se está endeudando fuertemente en el exterior.

Muchos alemanes piensan que no es irrazonable que su sociedad en proceso de envejecimiento quiera ahorrar: la tasa de ahorro de la nación es de alrededor de 10% del producto interno bruto, en comparación con 3% de Estados Unidos, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, u OCDE.

Alemania registró el año pasado un superávit récord en su cuenta corriente de 297 mil millones de dólares, frente a 245 mil millones de dólares de China, dijo el instituto económico alemán Ifo. El superávit de China se redujo de 10% en 2007 a alrededor de 3% de su producción económica, mientras que el de Alemania ha aumentado constantemente desde 2000 a alrededor de 8.5% del producto interno bruto, de acuerdo con el Banco Mundial.

Los datos sobre el comercio subestiman los excedentes de Alemania en relación con los de China porque los productos chinos utilizan insumos procedentes de otros países, particularmente de Asia. Por ejemplo, escasamente 2% del valor de un iPhone se crea en China, dijo Dorothee Rouzet, economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en París.

Si se recalcula tomando en cuenta el valor agregado, el déficit comercial bilateral de Estados Unidos con China se reduce 33.33%, de acuerdo con un informe de 2013 de la Reserva Federal de Dallas. Pero el déficit de Estados Unidos con Alemania crece en un tercio en términos de valor agregado porque las exportaciones de otros países con frecuencia incorporan productos de fabricación alemana.

Para reequilibrar el consumo global y la inversión, Alemania tendría que gastar e invertir más y Estados Unidos tendría que ahorrar más.

Un problema para los funcionarios estadounidenses es que Alemania, a diferencia de China, no comete pecados comerciales especialmente flagrantes, como subsidiar sus industrias de exportación o imponer barreras comerciales.

Aunque los funcionarios alemanes admiten que el euro es demasiado débil para Alemania, ellos le han achacado la culpa directamente al Banco Central Europeo, cuyas políticas de dinero fácil han sido duramente criticadas por los funcionarios alemanes. Para la mayoría de los 18 miembros de la eurozona, la moneda común es demasiado fuerte.

Berlín argumenta que ya ha hecho mucho para impulsar la demanda interna --y por lo tanto las importaciones-- mediante medidas como la promulgación de la primera legislación referente a los salarios mínimos del país.

Una solución --que había sido promovida por la administración Obama-- sería un aumento masivo del gasto estatal alemán para reforzar el consumo nacional, una idea también respaldada por la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea. La comisión advirtió el mes pasado que las políticas económicas alemanas estaban creando “distorsiones económicas y políticas muy importantes para toda la eurozona”.

La inversión pública alemana, de 2.2% de la producción económica, es baja de acuerdo con las normas internacionales. Un estudio reciente de la Fundación Bertelsmann sugirió que aumentar esa inversión a 3.3% del producto interno bruto (el promedio de la OCDE) aumentaría la tasa de crecimiento de Alemania de 1.4% a 1.6% en la próxima década. Pero un mayor gasto público no encaja bien con los frugales votantes alemanes. El presupuesto de la nación ya está lleno de dádivas sociales.

Otra opción --reducir los impuestos para impulsar el consumo-- tampoco ha ganado tracción en Alemania. Wolfgang Schäuble, el ministro de Hacienda, no está interesado en implantar grandes recortes de impuestos porque quiere reducir la deuda nacional y esos recortes impositivos que incluso se están considerando son cambios en el impuesto sobre la renta que afectarían principalmente a los trabajadores más ricos, con poco impacto en el consumo.

La reducción de la reglamentación sería otra vía potencial para abordar los desequilibrios comerciales. Las normas alemanas que protegen profesiones y artesanías, como la de los panaderos y electricistas, son vistas por algunos como proteccionistas.

Las regulaciones restrictivas también limitan la inversión en Alemania y por lo tanto las importaciones, dijo Marcel Fratzscher, quien dirige un comité de expertos del gobierno alemán en inversión.

Quien pide al gobierno que reduzca los reglamentos excesivos para liberar 90 mil millones de euros al año de inversiones privadas adicionales, incluso en el sector de los servicios de la nación.

Funcionarios de la Unión Europea han criticado el papel de Alemania para bloquear la desregulación del mercado de servicios de la Unión, que representa más de 70% de la producción de la región.

Cambiar esas reglas podría impulsar la inversión y el consumo y reducir los excedentes extranjeros de la nación, dijo Sony Kapoor, director gerente de Re-Define, un grupo de expertos. Hasta la fecha, sin embargo, este tipo de asesorías ha hecho poco para detener el inexorable aumento del desequilibrio comercial más importante del mundo.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 14/03/2017

Etiquetas: EUA China Alemania Comercio Internacional Déficit Comercial