13 de mar. (Sentido Común) -- La incertidumbre que persiste sobre el rumbo que podría tomar el gobierno de Donald J. Trump, el presidente de Estados Unidos, para reducir las regulaciones e incluso bajar la carga impositiva de las empresas en su país, hace pensar a muchos que México debería tomar acciones propias para evitar perder competitividad.

     Sin embargo, las opciones que tiene México podrían no ser muchas debido a que el entorno actual que atraviesa no es el mismo que en el país vecino del norte.

     De hecho, existen muy pocas posibilidades de aplicar una nueva reforma fiscal para responder a los cambios que aparentemente llevará a cabo Estados Unidos en ese tema, dijo José Antonio Meade, el titular de Hacienda y Crédito Público, en entrevista con la cadena de televisión ADN40.

     “Tenemos mucho menos espacio fiscal que Estados Unidos”, dijo Meade Kuribreña, en el programa Primer Café, de esa señal de televisión. “México está en un proceso de reducir su deuda como porcentaje del PIB, estabilizarla y que sea más pequeña a lo largo del tiempo. . .Estados Unidos tiene más posibilidad de endeudarse”.

     El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ya aplicó una reforma fiscal en 2014 para proteger los recursos que el gobierno obtendría vía impuestos y compensar la caída de los recursos que se recibían por la venta de crudo.

     Sin embargo, la principal limitante de México parece estar en las advertencias que ya han lanzado las tres principales agencias calificadoras del mundo con respecto al alto nivel de endeudamiento que tiene la economía mexicana.

     “La deuda del gobierno de México en 2016, que estimamos en 46% del producto interno bruto, es mayor que la mediana de alrededor de 40% de países con calificación 'BBB' [en nuestra escala]", escribió Fitch Ratings, en un reporte hace unos días. “El menor crecimiento y la debilidad del tipo de cambio ponen en riesgo la estabilización de la deuda”.

     Fitch y Standard & Poor’s ubican la nota de México en ‘BBB+’ o el antepenúltimo escalón dentro del grupo considerado como grado de inversión, mientras que Moody’s ubica la nota mexicana en ‘A3’, o un escalón por encima del rating de las otras dos.

     No obstante, las tres agencias pusieron ese rating crediticio en revisión negativa, un proceso de advertencia que permite a los emisores hacer los cambios suficientes para evitar que su nota sea degradada.

     Así, aunque muchos piensan que la presión de las calificadoras en mucha, no descartan la posibilidad que el gobierno de Peña Nieto realice ajustes fiscales adicionales si es que el gobierno de Trump cumple con su promesa de bajar la carga impositiva de las empresas, a fin de evitar perder competitividad.

     Varios funcionarios estadounidenses, incluidos el presidente Trump o el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, han sugerido que preparan un programa de fuertes recortes a los impuestos que pagan muchas empresas y algunas personas, con la intención de mejorar las condiciones de negocios en el país vecino del norte.

     Además, la Casa Blanca está afinando los detalles de una propuesta que aparentemente promoverá importantes inversiones del gobierno en infraestructura para así acelerar el crecimiento.

     Pero quizá el más polémico de los ajustes fiscales que parecen estarse cocinando dentro del equipo económico del presidente Trump es la creación de un impuesto de ajuste fronterizo, o BAT por sus siglas en inglés, un gravamen que castigaría a quienes importen bienes a Estados Unidos y premiaría, al exentar de este cargo, a quienes exporten productos elaborados en el país vecino del norte.

     Trump ha criticado en más de una ocasión los acuerdos comerciales de su país porque considera que han atentado contra la industria y los trabajadores estadounidenses, de ahí que buscará cambiar las reglas para que ahora sea Estados Unidos quien nuevamente se convierta en una potencia exportadora.

     Aunque para Meade, está errado el enfoque de la administración estadounidense donde el BAT compensará el pago de impuestos que cobran otras naciones, como el IVA en México.

     De hecho, el titular de Hacienda dijo que la Organización Mundial de Comercio, una institución con sede en Ginebra, Suiza, y que es responsable de supervisar las políticas internacionales, se ha pronunciado a favor de la neutralidad de gravámenes como el IVA, no así sobre el BAT.

     “Habrá qué ver cómo reaccionan otros países. . .pareciera ser un cambio que viola los principios de la OMC”, dijo Meade, en entrevista. “Habrá que ver cómo reacciona Alemania, China o Canadá”, sí puede tener impacto pero a nivel global.

     Finalmente, dijo que todavía no hay un proceso formal de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en 1993 por México, Estados Unidos y Canadá, pero el gobierno mexicano buscará espacios que permitan generar riqueza en los tres países.

     “Hay dos temas que impactan variables, generan incertidumbre, el tema comercial y el fiscal”, dijo el titular de Hacienda. “Lo que conviene a nosotros es echarnos para adelante” en la renegociación cuando ésta inicie.

     La semana pasada Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía de México, habló en Washington, D.C., con Wilbur Ross, el secretario de Comercio de Estados Unidos. En una conferencia de prensa conjunta, ambos funcionarios confirmaron que todavía no hay un calendario para la renegociación que propuso Trump del TLCAN, aunque ambos coincidieron en la importancia de lograr un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

     Sin embargo, no es claro si esta ronda de negociaciones se llevará a cabo de manera bilateral o estarán incluidos los tres socios norteamericanos. “Podrían ser dos negociaciones bilaterales paralelas. . .o una [conversación] trilateral principal”, dijo Ross, el titular de Comercio estadounidense, en una conferencia de prensa reportada por el portal de negocios CNN Money.

 

 


Fecha de publicación: 13/03/2017

Etiquetas: México EUA Trump Meade comercio TLCAN reforma fiscal