Hong Kong, 7 de mar. (Dow Jones) -- Las acusaciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre la manipulación monetaria parecen estar repercutiendo en una audiencia en la que él bien puede no haber pensado en primer lugar.

Durante su campaña, Trump prometió reactivar la manufactura estadounidense, en parte usando una línea dura ante las prácticas comerciales chinas y etiquetando al país como manipulador de su moneda. Desde que asumió el cargo, el presidente ha acusado a China y Japón de devaluar constantemente sus monedas, mientras que su principal asesor comercial, Peter Navarro, ha acusado a Alemania de beneficiarse de lo que él denominó un euro demasiado “subvaluado”.

Los tres países, que se encuentran entre los cinco principales socios comerciales de Estados Unidos, han rechazado las afirmaciones de la administración Trump.

“Nadie tiene derecho a decirnos que el yen es débil”, dijo Taro Aso, el ministro de finanzas japonés, al Parlamento tras la reunión entre Trump y el primer ministro Shinzo Abe. Japón no ha intervenido directamente en los mercados de divisas desde 2011 tras el importante tsunami y el consiguiente desastre nuclear de Fukushima.

“La acusación de que Alemania explota a Estados Unidos y otros países con una moneda infravalorada es más que absurda”, dijo Jens Weidmann, presidente del banco central alemán, a principios del mes pasado.

China no ha comentado directamente sobre las críticas de Trump, pero la mayoría de los analistas dicen que Beijing recientemente ha estado apuntalando el yuan al vender algunas reservas de divisas en lugar de buscar debilitarlo.

Sin embargo, ciertas economías más pequeñas parecen estar tomando nota, especialmente Taiwán y Suiza. En octubre, el Tesoro de Estados Unidos encontró que ambas habían incurrido en una intervención cambiaria persistente y unilateral, esencialmente comprando monedas extranjeras como el dólar y vendiendo sus propias monedas para mantener débiles sus tipos de cambio.

Los analistas dicen que los bancos centrales de Suiza y Taiwán ahora se están retrocediendo de esas actividades, quizás para evitar un escrutinio más cercano de la administración Trump. El resultado: el franco suizo ha avanzado 1.6% frente al dólar este año, mientras que el nuevo dólar de Taiwán ha subido 5%. Ambos han superado en desempeño al euro y al yen desde las elecciones estadounidenses de principios de noviembre.

El banco central de Taiwán compró 500 millones de dólares en divisas extranjeras en el cuarto trimestre, muy por debajo de su promedio trimestral de más de tres mil millones de dólares desde 2012, dijo Khoon Goh, jefe de investigación de Asia en ANZ de Singapur, quien sospecha que la economía está dejando de realizar “operaciones de suavización de divisas”. El banco central dijo que no hace comentarios sobre su política cambiaria.

En los primeros nueve meses del año pasado, el Banco Nacional Suizo (BNS) intervino fuertemente en los mercados de divisas para frenar el alza del franco, gastando una cantidad aproximadamente equivalente a su superávit de cuenta corriente durante el período, señalaron analistas de J.P. Morgan. En los cuatro meses siguientes, la escala cayó a cerca de dos tercios del superávit.

“No es una sugerencia totalmente fantástica que el BNS podría estar disminuyendo su intervención a fin de protegerse contra el riesgo de ser calificado por el Tesoro de Estados Unidos como un país manipulador de su moneda”, escribieron los analistas en una nota.

El Banco Nacional Suizo se negó a comentar sobre el tema.

Para que Estados Unidos califique a una economía como manipuladora de su moneda con base en la ley actual, ésta debe tener un gran superávit comercial con Estados Unidos y un fuerte superávit de cuenta corriente e intervenir persistentemente en la moneda de manera unilateral. Para octubre pasado, ninguna economía cumplía los tres criterios.

Govinda Finn, analista senior de Standard Life Investments en Edimburgo, dijo que los recientes comentarios de funcionarios de Corea del Sur, país al que el Tesoro ha señalado por su fuerte superávit comercial con Estados Unidos y su superávit de cuenta corriente, sugieren que están igualmente ansiosos de evitar la ira de Estados Unidos. El won coreano subió 5.1% frente al dólar este año.

Sin embargo cualquier revaluación de las monedas coreana y taiwanesa debido a la presión política de Estados Unidos pudiera no durar mucho, agregó: “En un horizonte a más largo plazo, hay un argumento bastante fuerte para decir que ambas monedas pueden y se debilitarán cuando las autoridades busquen apoyar sus economías”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 07/03/2017

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