23 de feb. (Sentido Común) -- El presidente estadounidense Donald J. Trump repitió durante el inicio de una reunión con 24 directores de empresas manufactureras que está en la mejor disposición de tener vínculos favorables con México, pero por primera vez agregó que no está garantizado ese resultado.

“Vamos a tener una buena relación con México, eso espero, pero si no ni modo”, dijo Trump al dar el mensaje de bienvenida a la Casa Blanca a los ejecutivos, con quienes debatió sobre cómo crear y regresar empleos manufactureros a Estados Unidos.

La creación de empleos y el retorno de fábricas que cerraron sus operaciones en Estados Unidos para ubicarse en otros países con menores costos de producción, es uno de los tres temas centrales del presidente Trump.

Los otros dos son: recuperar el control de sus fronteras y contar con el mejor ejército del mundo.

Para recuperar la supuesta pérdida del control de las fronteras, Trump ha definido dos políticas: una, endurecer la aplicación de la ley contra los trabajadores ilegales en ese país y, dos, construir un muro a lo largo de la frontera con México.

Las dos medidas son impopulares en México y otros países latinoamericanos por las repercusiones negativas que podría tener sobre millones de ciudadanos extranjeros que laboran en Estados Unidos sin documentos legales.

Aunque tras las palabras de bienvenida de Trump y la presentación individual de los 24 directores generales, la Casa Blanca interrumpió la transmisión del encuentro para que el presidente, sus asesores y los ejecutivos procedieran a tener una discusión a puerta cerrada, no se observó en un inicio ninguna voz o postura disidente sobre si realmente las tres preocupaciones centrales del presidente estadounidense merecen las medidas que ha comenzado a tomar --como son redadas contra inmigrantes o la renegociación o cancelación de los acuerdos de libre comercio que tiene Estados Unidos.

En este tema, Trump aprovechó los momentos iniciales del encuentro con los empresarios para arremeter de nuevo contra los tratados de libre comercio que tiene su país ya que desde su perspectiva “todos” han sido “increíblemente malos”, por lo que para él eso tiene que cambiar.

“Es insostenible y no vamos a dejar que ocurra, no podemos dejar que ocurra”, dijo, reiterando su postura de que su gobierno buscará renegociar no sólo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sino otros similares.

Si bien esta postura de Trump no es nueva lo que sí resultó un tanto cuanto sorpresivo fue que ningún ejecutivo saliera, al menos mientras la reunión fue abierta y pública, en defensa de esos acuerdos.

Muchas de las empresas representadas en la reunión con Trump por sus altos directores generales se han beneficiado de los acuerdos de libre comercio, pero ninguno de los capitanes de industria salió en defensa de esos tratados.

Todos se mostraron incluso sumisos a las posturas de Trump.

Para muchos economistas, los acuerdos de libre comercio que tiene Estados Unidos han sido cruciales para que esa nación pueda hoy competir, ya que con ellos, principalmente con el que tiene firmado con México y Canadá, ha ganado competitividad frente a los productos de otras regiones o países, como Europa o China.

Trump, sin embargo, vincula la pérdida de empleos manufactureros con al TLCAN, algo que muchos disputan ya que la caída de los trabajos manufactureros estadounidenses comenzó mucho antes que los tres gobierno firmaran ese acuerdo en 1993.

Además, para una gran mayoría de expertos la pérdida de empleos manufactureros estadounidenses se debe más a la automatización que ha sufrido ese sector a nivel internacional, que al libre comercio.

Incluso algunos argumentan que sin el acuerdo trilateral, la pérdida de empleos manufactureros estadounidenses se hubiese incluso acelerado, ya que la asociación con México permitió a muchas empresas estadounidenses enviar ciertos procesos productivos al país vecino del sur para reducir sus costos generales de producción y así poder competir contra productos provenientes de Asia.

Claro que Trump no lo ve así y para justificar su animadversión al TLCAN habla que desde la firma de ese acuerdo, Estados Unidos ha perdido una tercera parte de los empleos manufactureros que tenía.

Pero frente a esta visión económica del presidente estadounidense, que una gran mayoría de expertos no comparte, no hubo ni siquiera una postura a favor del libre comercio por parte de los “capitanes” de industria.

Al menos así sucedió en un inicio, ya que no se sabe si ya en privado esos ejecutivos sí defendieron los acuerdos de libre comercio frente a las posturas antagónicas de Trump.

El silencio de los directivos ejemplifica, de cualquier manera, la dificultad que tendrá el gobierno de México para hacer ver a la administración Trump que el TLCAN ha sido un bueno acuerdo para los tres países miembros y que conviene mantenerlo, aun cuando la balanza comercial entre las dos naciones sea deficitaria para Estados Unidos.

Si no hay defensores del TLCAN en Estados Unidos será difícil que la postura de México a favor de libre comercio prevalezca ante un presidente empeñado en sólo ver las secuelas negativas del acuerdo y no los múltiples beneficios que ha dejado a los tres países.

Muchos economistas incluso creen que el déficit actual que Estados Unidos tiene con México se irá reduciendo con el tiempo por las mayores necesidades de maquinaria y equipo que requiere la economía mexicana para desarrollar su industria energética, la cual ha sido recientemente reformada para permitir la entrada de capitales privados, algo que por décadas estuvo prohibido.

Además, si México logra seguir creciendo es muy probable que adquiera cada vez mayores combustibles a empresas estadounidenses, lo que podría incluso hacer que el déficit actual de 63 mil millones de dólares no sólo se reduzca sino que hasta pueda convertirse en un superávit.

Trump, sin embargo, no lo ve así y al menos en un inicio ningún ejecutivo se opuso a la visión pesimista del presidente estadounidense.

 


Fecha de publicación: 23/02/2017

Etiquetas: México EUA economía gobierno Trump libre comercio