17 de feb. (Dow Jones) -- La ley Dodd Frank generó miles de páginas de reglas diseñadas para hacer más seguros a los bancos. Ahora, teniendo al presidente Donald Trump tratando de deshacer gran parte de esa legislación, los bancos se apresuran a preparar sus listas de deseos.

Ésta no es una tarea fácil, en parte porque muchos ejecutivos bancarios dicen que la ley ampliada hizo algo bueno, ayudando a restaurar la confianza en los balances generales de los bancos y el sistema financiero. Pero que también le añadió costos y restricciones que consideran han perjudicado sus ganancias y restringido la concesión de los préstamos.

Los bancos y los inversionistas reaccionaron positivamente a la propuesta de la Casa Blanca de revocar la ley Dodd Frank. Las acciones de las mayores instituciones crediticias subieron entre 3 y 6%, por las esperanzas de los inversionistas de que los costos de los bancos bajarán drásticamente y que los movimientos de desregulación también podrán impulsar los ingresos crediticios y el crecimiento económico.

Morgan Stanley fue el principal ganador de los grandes bancos, en parte porque éste podría beneficiarse no sólo de los cambios a la ley Dodd-Frank, sino también por una medida independiente del gobierno de Trump tendiente a revocar efectivamente la llamada regla fiduciaria que rige a los asesores financieros. Morgan Stanley tiene una de las mayores redes de asesores financieros en Estados Unidos.

A pesar de la euforia bancaria inicial, algunos ejecutivos también aconsejaron paciencia, diciendo que el impacto generalizado de la Dodd-Frank debería estudiarse más antes de que se realicen cambios dramáticos. Muchos prefieren que se eliminen gradualmente las regulaciones unas cuantas a la vez, en lugar de recurrir a la táctica de derogarla repentinamente, lo que podría recrudecer la incertidumbre y las preocupaciones sobre el retorno a las prácticas nocivas previas a la crisis.

Por lo tanto, hay cosas que a los banqueros les gustaría ver que cambiaran. Entre los primeros pasos que los altos banqueros esperan es un compromiso para dejar de agregar nuevas reglas a la andanada instituida desde la crisis financiera. Brian Moynihan, presidente y director ejecutivo de Bank of America, dijo en una conferencia que las regulaciones posteriores a la crisis eran necesarias para que los bancos se adhirieran a estándares más estrictos.

Pero “ahora la pregunta es, ¿se ha ido demasiado lejos? ¿Tenemos (que mantener) 20 mil millones de dólares de capital extra? Lo cual no parece ser mucho, pero eso representa 200 mil millones de dólares en préstamos que podríamos hacer”, dijo Moynihan dijo en la conferencia.

Los ejecutivos del banco también han dicho que los reguladores deben estudiar  cómo han funcionado en su conjunto las reglas recientemente aprobadas y cuánto crecimiento económico se podría recuperar si éstas fueran relajadas.

Lo siguiente en las listas de deseos de los banqueros están los cambios a las llamadas pruebas de estrés que realiza la Reserva Federal anualmente. Este examen tiene como finalidad medir la capacidad de los bancos para hacer frente a las grandes crisis que podrían agobiar al sistema financiero.

Mientras que los bancos han dicho que las pruebas de estrés tienen mérito, estos quieren que haya un proceso que sea más cuantitativo, menos impredecible y más colaborativo. Esto es crucial para ellos, ya que las pruebas ayudan a determinar cuánto pueden devolver de capital a través de dividendos o recompras de acciones.

Los bancos en su conjunto no están necesariamente interesados en que la administración revoque la regla Volcker, que redujo la capacidad de las firmas para participar en operaciones de propiedad. Pocos bancos, si es que hay, quieren regresar a los días de libertinaje previos a la crisis, cuando las mesas de corretaje de los bancos funcionaban como fondos de cobertura en los recopiladores de depósitos de los contribuyentes.

Sin embargo, lo que quieren los bancos es una táctica más consistente y sencilla en la manera en que se aplican y supervisan éstas y otras reglas. En la actualidad, varios reguladores supervisan la información de los bancos y cómo estos cumplen con la regla de Volcker, pidiendo a veces remedios conflictivos para el mismo problema.

Los ejecutivos de los grandes bancos también quieren tener mayor libertad para administrar sus inventarios de acciones y bonos con el fin de satisfacer las demandas comerciales de sus clientes sin contravenir la regla Volcker. “Usted tiene una formación de mercados activa en la madera de construcción, barras de refuerzo, pollo, carne de cerdo, algodón; lo necesitamos en los instrumentos financieros”, dijo el director general de J.P. Morgan en diciembre en una conferencia.

Aunque es un tema polémico, algunos bancos también quisieran ver que el Congreso o los reguladores revisen la enmienda Durbin a la ley Dodd-Frank, que estableció comisiones de intercambio en las transacciones con tarjeta de débito. Una medida que perjudicó los ingresos bancarios y ayudó a los minoristas, la cual fue un tónico popular después de la crisis financiera. Pero los banqueros argumentan que ésta no tiene nada que ver con la seguridad general de la economía.

Muchos bancos también dicen que están a favor de los cambios que relajen las regulaciones de los bancos comunitarios y regionales. “La Dodd Frank debía controlar a los grandes bancos, pero no lo ha hecho”, dijo John Allison, ex director ejecutivo de BB&T, un banco con sede en Carolina del Norte. “Lo que ha hecho es quebrar a nuestros bancos comunitarios, lo que reduce la competencia” que enfrentan los grandes bancos.

Aparte de los cambios en reglas específicas, muchos bancos recibirían con beneplácito un cambio de tono entre los reguladores, que tienen margen de maniobra en la forma en que interpretan las reglas. Algunos han dicho que las relaciones entre los bancos y los reguladores se han vuelto demasiado antagonistas en los últimos años.

Esa es una área donde la administración puede tener el impacto más inmediato. En los próximos 18 meses, se espera que el presidente Trump tenga la oportunidad de nombrar una variedad de reguladores financieros que van desde gobernadores clave de la Reserva Federal, hasta los directores de Office of the Comptroller of the Currency (Contraloría de la Moneda), Federal Deposit Insurance y Consumer Financial Protection Bureau (Oficina de Protección Financiera del Consumidor).

“Podría haber cambios importantes sólo con los movimientos en los directores de éstas dependencias”, dijo H. Rodgin Cohen, presidente senior de la firma de abogados Sullivan & Cromwell. “En algunos aspectos críticos, la supervisión [bancaria] es el elemento más importante. Realmente no se necesita legislación”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 16/02/2017

Etiquetas: Ley Dodd Frank Regulación Bancaria Cambios Trump