20 de ene. (Sentido Común) -- A pocos minutos de la toma de posesión del presidente Donald J. Trump, el nuevo gobierno de Estados Unidos confirmó el inicio de las acciones comerciales y migratorias que el millonario convertido en político prometió a lo largo de su campaña electoral y que ahora serán los temas prioritarios para la nueva administración.

     La oficina de presidencia de Estados Unidos mostró el compromiso que Trump tiene para iniciar las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, porque considera que este acuerdo no ha sido justo para su país.

     De hecho, repitió la advertencia que si no consigue concesiones que considere favorables para los trabajadores estadounidenses no descarta la cancelación del acuerdo firmado por su país con México y Canadá en 1993.

     “Si nuestros socios comerciales se niegan a la renegociación de un acuerdo que ofrezca un mejor trato para los trabajadores estadounidenses, entonces el presidente notificará su intención de cancelar el TLCAN”, dijo la Casa Blanca, en el primer comunicado oficial de la nueva administración.

     En caso de decidir que se cancelará el TLCAN, los tres países iniciarán un proceso de negociación que durará seis meses, antes de finalmente terminar con las reglas impuestas en este acuerdo.

     No obstante, las autoridades mexicanas muy probablemente ya esperaban esa reacción luego de que ayer anunciaron que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y el de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, viajarán a Estados Unidos para establecer un primer contacto con el equipo de Trump.

     El gobierno mexicano probablemente buscará atenuar la incertidumbre que surgió por las intenciones que ha mostrado Trump de imponer tarifas para las exportaciones mexicanas, sobre todo para aquellos productos producidos por empresas que mudaran sus operaciones al sur de la frontera en busca de mejores márgenes de ganancias pero que quieren vender en el mercado estadounidense.

     Incluso, Enrique Peña Nieto, el presidente de México, anunció hace un par de semanas que el regreso al gobierno de Videgaray, ahora como canciller, , tenía la intención que fuera el ex titular de Hacienda el responsable de encabezar las negociaciones con la administración de Trump.

     Videgaray es la pieza clave del gobierno por la aparente buena relación que tiene con Jared Kushner, el yerno de Trump y consejero del presidente, con quien organizó la visita del entonces candidato republicano a México en un momento crítico de su campaña.

     No obstante, ahora, con el inicio de las negociaciones de las condiciones que rigen el comercio en América del Norte, el gobierno de Trump busca honrar su promesa de “poner a los trabajadores primero”.

     Para ello, informó la Casa Blanca, ya se trabaja en la construcción del equipo que encabezará esas discusiones a nombre de Washington. “El presidente nombrará a los más rudos e inteligentes para su equipo de comercio, asegurándose que los americanos tengan a los mejores negociadores posibles”.

     Incluso, como parte de su nueva política comercial, el gobierno estadounidense anunció que no participará en el Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), un convenio multilateral que buscaba eliminar barreras comerciales con otros países para compensar, de alguna manera, la fuerte influencia comercial de China en la región.

     La Casa Blanca agregó que iniciará investigaciones acerca de posibles violaciones de tratados comerciales que tiene con otros países y, en su caso, ejecutará sanciones para aquellas naciones que hayan infringido los convenios.

     “El presidente instruyó al secretario de Comercio para identificar todas las violaciones de tratados comerciales y usar todas las herramientas disponibles para asegurar que el gobierno federal pueda terminar con esos abusos”, dijo la Casa Blanca, en el comunicado.

     Además, Trump reiteró sus intenciones de construir un muro fronterizo  con México y de expulsar a los inmigrantes ilegales con antecedentes penales en ese país.

     De hecho, el presidente de Estados Unidos ya está buscando la forma de financiar la construcción del muro con recursos que provengan de su presupuesto, aunque dijo que buscará la forma de reembolsar ese dinero con recursos mexicanos. Ese reembolso muy probablemente será uno de los temas que discuta la nueva administración con el gobierno de México.

     “El presidente Trump está comprometido con la construcción de un muro fronterizo para detener la migración ilegal, para detener a las bandas criminales, la violencia y el flujo de drogas”, dijo la nueva presidencia de Estados Unidos. Además, reducirá “la ola de ilegalidad asociada con la migración”.

     Por otra parte, dentro de las primeras acciones del gobierno de Trump, la oficina de presidencia dijo que buscará alejarse de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), fomentar la producción de combustibles y así impulsar la independencia energética de Estados Unidos.

     Trump, desde el inicio de su campaña presidencial, dijo que reducirá las regulaciones que existen en la industria energética estadounidense, para así dar un nuevo aire a ese sector con mayor producción de combustibles en ese país.

     “Debemos tomar ventaja de las reservas no explotadas de gas y de petróleo” dijo en su primer documento oficial como presidente de Estados Unidos”, agregó la Casa Blanca.

     Ahora, con Trump en la Casa Blanca, algunos ya han registrado que en el peor escenario el Estados Unidos impondría tarifas comerciales, algo que pondría mayores presiones al peso y al crecimiento económico del país.

     Pero es poco probable que ese escenario se materialice en el corto plazo, o por lo menos no hasta que las autoridades estadounidenses se reúnan con el gobierno mexicano para discutir el rumbo que tomarán las relaciones comerciales y diplomáticas entre los dos países

     “Un decreto presidencial en contra del TLCAN, incrementaría la volatilidad y aversión al riesgo y ocasionaría que el peso mexicano se viera fuertemente golpeado, alcanzando nuevos máximos histórico”, escribió el equipo de análisis económico del banco Base, en un reporte. “La imposición de tarifas o la limitación del TLCAN con un decreto presidencial estarían contraponiéndose a la Constitución de Estados Unidos, por lo cual la Suprema Corte podría fallar en contra del decreto”.

 



 


Fecha de publicación: 20/01/2017

Etiquetas: EUA Trump comercio México TLCAN Casa Blanca