29 de nov. (Bloomberg) -- El gobierno de México y los analistas que cubren su economía nunca han estado más alejados en sus expectativas de crecimiento. Es esencialmente un desacuerdo sobre el nivel de preocupación que representa Donald Trump.

La Secretaría de Hacienda mantuvo el miércoles pasado su pronóstico de crecimiento para 2017, diciendo que la economía puede crecer hasta 3%, incluso con Trump como presidente de Estados Unidos. El día anterior, los economistas del sector privado redujeron su estimación de 2.3 a 1.8%, de acuerdo con una encuesta de Citigroup. El punto medio de 2.5% correspondiente al pronóstico de la Secretaría de Hacienda es más alto que cualquier predicción recabada en la encuesta.

El gobierno del presidente Enrique Pena Nieto esperará para ver qué políticas implementa Trump antes de ajustar su perspectiva, de acuerdo con Vanessa Rubio, subsecretaria de Hacienda. Esa estrategia benigna se contrapone con la del banco central independiente de la nación. Banco de México, cuyo líder Agustín Carstens llamó a Trump un “huracán” en septiembre, redujo su estimación de crecimiento de 2.5 a 1.5%.

“Sí, la Secretaría de Hacienda debió haber revisado su estimación de crecimiento”, dijo Alejandro Cervantes, economista de Grupo Financiero Banorte, el mayor banco de México que cotiza en bolsa. “La incertidumbre afectará el consumo y la inversión privada este trimestre".

Luis Madrazo, economista en jefe de la Secretaría de Hacienda, dijo el miércoles pasado que el gobierno no actualizó su previsión para 2017 debido a que su política es revisar las perspectivas en ciertas épocas del año. Mientras que la secretaría está analizando los cambios a esa política, la estimación de crecimiento actual permanecerá vigente hasta su próxima revisión, señaló Madrazo por teléfono.

El gasto privado ha ayudado a sustentar la economía mexicana después que se vio afectada por la caída de las exportaciones a Estados Unidos y la caída en los precios y la producción de petróleo que obligó al gobierno a recortar su gasto. Al mismo tiempo, la confianza del consumidor se desplomó a su nivel más bajo en seis años en septiembre, ya que la caída del peso a su menor nivel récord tras el avance de Trump en las encuestas preelectorales de Estados Unidos estimuló la perspectiva de una inflación más rápida.

En los últimos años, México se ha ganado la reputación de ser una economía relativamente estable, cosechando los beneficios del libre comercio y la integración manufacturera con Estados Unidos para aislarse de los altibajos en los precios de los productos básicos que han socavado a otras economías de Latinoamérica.

Esa dependencia fue puesta en duda este mes por la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses y su propuesta de cancelar o revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLC.

Las pérdidas potenciales para México motivaron a BlackRock a reducir su pronóstico de crecimiento para el próximo año a 1%, el menor avance desde la crisis financiera de 2009. Banorte prevé un crecimiento de 1.1%.

La proyección del gobierno “es definitivamente optimista”, dijo Alberto Ramos, economista en jefe para Latinoamérica de Goldman Sachs Group. “Los riesgos y la incertidumbre con respecto a la combinación políticas post-electorales en Estados Unidos probablemente tendrán un impacto negativo inmediato”, dijo Ramos, incluyendo posibles retrasos o cancelaciones en la inversión nacional y extranjera, y una mayor precaución de los consumidores. Ramos prevé un crecimiento de 2% el próximo año.

A pesar de la retórica de campaña de Trump, Ildefonso Guajardo, el secretario de economía de México, dijo que confía en que el presidente electo buscará “modernizar” el TLC y que tal vez incorpore temas como el comercio electrónico en lugar de abandonar el acuerdo.

La semana pasada, Carstens dijo a periodistas que es comprensible que la Secretaría de Hacienda y el banco central puedan tener diferentes visiones del futuro económico a corto plazo, dada la falta de claridad en los planes de Trump.

Durante la campaña, Trump dijo que deportaría a millones de inmigrantes mexicanos indocumentados, que construirá un muro fronterizo entre ambos países y haría que México lo pague.

Ya ha mitigado algunas otras promesas de campaña, como la revocación y reemplazo de Obamacare en su primer día en funciones, y en una entrevista en el programa periodístico estadounidense ‘60 Minutes’, dijo que aceptaría una cerca en vez de un muro en algunas partes de la frontera.

“En este momento, el mundo está lleno de incertidumbre”, agregó Carstens.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo      

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Fecha de publicación: 29/11/2016

Etiquetas: Trump Política Economía México Crecimiento