23 de ago. (Sentido Común) -- México sufrió una revisión a la baja de sus perspectiva crediticia de ‘estable’ a ‘negativa’ por parte de la agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P), una de las tres más influyentes a nivel mundial, ante los riegos de que las finanzas públicas del país se deterioren en los próximos meses.

La agencia espera que la deuda pública del país siga aumentando en los próximos años, ya que considera que el espacio que tiene gobierno federal para revertir esa tendencia es cada vez menor, sobre todo por los diversos recortes al gasto que ha realizado el gobierno en los últimos dos años.

Para que el gobierno logre bajar su nivel de endeudamiento muy probablemente tendría que tomar medidas más drásticas, como la impopular decisión de despedir trabajadores gubernamentales, algo que ante la impopularidad actual del presidente Enrique Peña Nieto se ve difícil que opte por hacer.

S&P estimó que la deuda del gobierno suba de 45% como proporción del producto interno bruto este año, hasta 47 o 48% entre 2018 y 2019.

 “El índice de deuda ha aumentado de manera continua desde solo 28% del PIB en 2005, lo que refleja el impacto de los constantes déficits fiscales moderados en un contexto de bajo crecimiento del PIB”, dijo la agencia, en un comunicado. “Aunque el nivel de deuda de México es moderado, el gobierno tiene menos margen de maniobra fiscal que el que tenía hace 10 años”.

Claro que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público no lo ve de la misma forma. La dependencia resaltó su compromiso por reducir los requerimientos financieros del sector público a 2.5% del PIB para 2018 y la meta de lograr un superávit primario, o un exceso de recursos antes del pago de intereses, para el próximo año.

“Con ello, [lograremos] estabilizar la razón de deuda pública a PIB”, dijo Hacienda en un comunicado”.

Además, la dependencia dijo que además para este año mantiene el compromiso de reducir los requerimientos financieros a 3% del PIB, o 0.5 puntos porcentuales menos que la meta originalmente planteada para 2016.

“El gobierno de la república reitera su compromiso para continuar con el proceso de consolidación fiscal anunciado desde 2014”, agregó Hacienda.

S&P había mantenido la perspectiva del país como ‘estable’ por las reformas estructurales que impulsó el presidente Enrique Peña Nieto en la primera parte de su administración.

Sin embargo, ahora consideró que el impacto de esas reformas sobre el crecimiento del país ha sido moderado, por lo que sus efectos benéficos sobre el crecimiento en la razón deuda/PIB no se han materializado.

Además, S&P resaltó otros problemas que enfrenta el gobierno de Peña Nieto, como un incremento en la violencia en algunas entidades del país y el conflicto magisterial por la reforma educativa, para tomar su decisión y resaltar su preocupación sobre el estado que guardan las finanzas públicas.

“Las debilidades en la gobernabilidad --que reflejan en parte una débil aplicación de la ley y la percepción de corrupción-- limitan los beneficios de estas reformas, especialmente en la inversión”, dijo.

La revisión a la baja de Standard & Poor’s se dio luego que la economía mexicana registrara su primera contracción trimestral en casi tres años ayer, afectada por el deterioro de la economía global y la desaceleración del sector industrial de Estados Unidos.

El débil momento por el que pasa la economía de México incluso llevó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a ajustar a la baja su pronóstico de crecimiento para el país para este año desde un rango de 2.2 a 3.2% a uno nuevo de 2.0 a 2.6%.

La repercusión más grave del anuncio de S&P es que con él la agencia podría decir recortar la calificación crediticia actual del país, lo que podría encarecer el costo de pedir prestado para México y, en consecuencia, para las empresas mexicanas que buscan financiamiento en el exterior.

 “Podríamos bajar la calificación soberana de México si la deuda pública o si la carga de intereses se deteriora más que lo que esperamos actualmente”, agregó la calificadora. “El nivel de deuda podría seguir aumentando moderadamente como resultado de los déficits fiscales, la potencial depreciación de la moneda, y la probable ayuda financiera a las empresas no financieras del sector público”.

 

Hasta ahora S&P le otorga a México una calificación de ‘BBB+’ para largo plazo, o el octavo nivel en la categoría de grado de inversión en moneda extranjera y de ‘A’, o el sexto escaño, en la escala de grado de inversión en moneda nacional, también de largo plazo.

Para algunos especialistas, sin embargo, México podría mantener esas calificaciones a pesar de la advertencia que le lanzó S&P. Incluso, hay quien considera que las autoridades fiscales podrían realizar ajustes adicionales para mejorar las finanzas públicas del país.

“El cambio de S&P no necesariamente implicará un cambio en la calificación en el mediano plazo”, escribieron Delia Paredes y Alejandro Cervantes, economistas del banco Banorte-Ixe, en un reporte. “No descartamos que el gobierno tome medidas adicionales. . . con el objetivo de consolidar el marco fiscal en los próximos años”.

Para los analistas, esos cambios podrían anunciarse en lo que queda de este año o en el paquete presupuestal de 2017, que será presentado por Hacienda a principios del próximo mes.

La calificación soberana refleja el riesgo que tienen los inversionistas al comprar instrumentos de deuda por lo que una baja en la calificación pudiera desalentar a algunos extranjeros para comprar deuda del gobierno mexicano.

El mercado cambiario sí reaccionó al cambio de la perspectiva de la calificación crediticia de México, porque amenaza con un futuro recorte si el gobierno no corrige los elementos que advirtió la agencia, de modo que el peso cerró en 18.44 por dólar, o una caída de 0.8% frente al cierre del lunes y su menor nivel en dos semanas.

 


Fecha de publicación: 23/08/2016

Etiquetas: México calificación perspectiva economía S&P