19 de ago. (Dow Jones) -- El último gran cambio en la regulación posterior a la quiebra de Lehman Brothers está reverberando en el sistema financiero, lo que potencialmente podría reducir los préstamos a corto plazo para las empresas y los gobiernos locales.

Estas reglas no han entrado en vigor todavía, pero ya están repercutiendo en la industria del mercado de dinero valuada en 2 mil 700 millones de dólares, causando que cerca de 500 mil millones de dólares entren y salgan de estos fondos, que normalmente son utilizados por los inversionistas para guardar su dinero en efectivo y por los prestatarios para obtener liquidez a corto plazo.

Mientras que algunos indicadores están mostrando tensión en los mercados a corto plazo, cualquier grieta provocada por estos flujos de efectivo ha sido llenada rápidamente con la liquidez generada por el banco central hasta la fecha.

La preocupación entre los prestatarios es qué sucederá cuando las cosas vuelvan a la normalidad y se intensifique el estrés. La preocupación más generalizada es que las nuevas normas reducirán los préstamos y que éstas se convertan en un lastre, aunque modesto, para la economía global.

Las nuevas normas, que entrarán en vigor en octubre, tienen como objetivo evitar otra corrida en la industria, como la que se produjo después de que se colapsó un fondo que tenía deuda de Lehman Brothers.

Se suponía que los fondos del mercado de dinero nunca perderían dinero, y en el consiguiente pánico, los inversionistas retiraron casi 150 mil millones de dólares de la industria en una semana. Ese movimiento asfixió el dinero en efectivo para las empresas estadounidenses y los bancos mundiales, amenazando con profundizar la crisis.

La amenaza terminó cuando el gobierno intervino para asegurar los fondos. Las nuevas normas se están enfocando en los llamados fondos principales que invierten en deuda corporativa de corto plazo, por lo general con vencimientos que van de unos cuantos días a un año. Otros tipos de fondos invierten en deuda municipal y pública a corto plazo.

Hay dos grandes cambios: los principales fondos tienen que retener más deuda a súper corto plazo, y ya no podrán aseverar que los inversionistas no van a perder dinero. En la jerga de fondos, los valores netos de los activos de los fondos fluctuarán, en vez de quedarse en un dólar, sin importar lo que suceda en el mercado.

En el último año ya han salido más de 420 mil millones de dólares de los fondos principales del mercado de dinero, llevando sus activos a menos del billón de dólares por primera vez desde 1999, de acuerdo con Investment Company Institute, la asociación comercial de la industria.

Ese dinero ha fluido hacia los fondos del mercado de dinero del gobierno, que han crecido de 991 mil millones a 1.5 billones de dólares.

Los fondos que tienen en cartera deuda del gobierno federal han sido los grandes ganadores ya que bajo las nuevas reglas todavía pueden prometer que las inversiones no van a perder dinero.

Pero en este momento, tener más dinero persiguiendo bonos del gobierno no es lo que precisamente necesita el mundo.

La otra cara de la moneda es que los 420 mil millones de dólares que se les solían prestar a las empresas, sobre todo en forma de papel comercial, se han esfumado del sistema. Esto ha obligado a las empresas a encontrar otras maneras de obtener dinero prestado --ya sea mediante la adopción de préstamos bancarios o la venta de bonos a largo plazo-- opciones que pueden ser más costosas.

Peter Crane de Crane Data, firma que rastrea los fondos del mercado monetario, dijo que otros 500 millones de dólares más podrían salir de los principales fondos.

Las empresas también han utilizado estos fondos para estacionar su propio exceso de efectivo, pero las nuevas reglas han obligado a muchas empresas a recurrir a los fondos del mercado de dinero del gobierno, que pagan menos.

"El efecto acumulativo será la reducción de la liquidez", dijo Thomas Deas, presidente de National Association of Corporate Treasurers, quien se retiró como tesorero en el fabricante de productos químicos FMC Corp. en abril pasado. Las nuevas normas también reducirán la flexibilidad, lo que podría hacer que las empresas sean más cautelosas con sus gastos.

Los otros grandes perdedores son los gobiernos estatales y locales. Para cumplir con otra serie de nuevos requisitos --algo demasiado arcano para ahondar aquí-- los corredores están sacando a sus clientes de los mercados de dinero municipales. Estos mercados hacen préstamos a corto plazo a los gobiernos, y los activos en estos fondos han perdido 246 mil millones de dólares para llegar a 183 mil millones de dólares en los últimos 12 meses.

Para estos gobiernos, el costo de pedir prestado ha pasado de 0.03% en 2015 a 0.48%, el cual incluye el aumento de la tasa de diciembre de la Reserva Federal, de acuerdo con Anthony J. Carfang, director general de Treasury Strategies, quien asesora a los gobiernos y las empresas en la gestión de su dinero en efectivo.

Varios indicadores están mostrando estrés en estos mercados a corto plazo, pero el verdadero riesgo es lo que sucederá cuando disminuya la liquidez.

Estos mercados tienden a estar bastante segmentados teniendo a los diferentes tipos de compradores obteniendo diferentes fuentes de financiamiento.

Las empresas y municipios con las calificaciones más altas encontrarán el dinero que necesitan. Pero eso podría dejar a los demás luchando por obtener lo que queda. "La escasez se ha recrudecido aún más para los prestatarios más pequeños y de menor calidad crediticia", dijo Carfang.

Al igual que los bancos, los fondos del mercado monetario serán menos riesgosos. La prueba de la nueva normatividad será si las ganancias en materia de seguridad son mayores que el impacto económico de la disminución de los préstamos y la reducción de la liquidez.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 19/08/2016