13 de jun. (Dow Jones) -- Esto no era lo que se suponía que debía ocurrir. Con menos de dos semanas para que se realice el referéndum británico sobre su adhesión a la Unión Europea, el primer ministro David Cameron pudo suponer que su campaña para "Permanecer" en la Unión Europea se encaminara hacia una victoria.

Semanas de advertencia de autoridades independientes de Gran Bretaña, Europa y el mundo debieron convencer a los electores de que los riesgos de dejar la Unión eran muy altos en términos de inversión, empleos y pérdidas comerciales.

Sin embargo, las encuestas siguen mostrando que la contienda está muy cerrada. Cameron también está luchando por su supervivencia política.

¿Cómo se llegó a esto? Una de las razones es que el foco de atención se ha desplazado firmemente al delicado tema de la inmigración después que datos publicados este mes mostraron que un total de 333 mil personas llegaron a vivir al Reino Unido en el último año.

Eso está muy por arriba del objetivo de larga data del gobierno de menos de 100 mil y algo que ha reforzado el nerviosismo sobre la normativa de la Unión Europea que da a todos los ciudadanos del bloque derecho a vivir y trabajar en Reino Unido.

La campaña de la salida británica de la Unión Europea, o Brexit, que proclama que eso le permitiría a Reino Unido "recuperar el control" de sus fronteras y reducir la migración drásticamente tiene un claro atractivo para muchos votantes que temen que la excesiva migración está ejerciendo una tensión intolerable en el tejido económico y social de Reino Unido.

Si la Brexit conduciría realmente a una caída sustancial de la migración es algo que está abierto a cuestionamientos: Más de la mitad de los migrantes recientes provinieron del exterior de la Unión Europea, y las evidencias sugiere que los migrantes de la Unión contribuyen positivamente a la economía y al sistema de impuestos.

Mientras tanto, el desempleo de Reino Unido apenas llega a 5%, y hay pocas evidencias de que los migrantes de la Unión Europea tienen salarios bajos.

La promesa de la campaña de Salir para restringir la inmigración total a menos de 100 mil solamente se podrían hacer realidad, si Reino Unido abandonara el mercado único de la Unión Europea, que todo análisis económico independiente creíble sugiere que sería el resultado económicamente más perjudicial posterior a la Brexit.

No obstante, Cameron es vulnerable en el tema de la migración, en parte porque él se comprometió de antemano y no pudo reducir la inmigración a menos de 100 mil, y que después prometió y no pudo cumplir con las restricciones a la migración como parte de sus negociaciones previas al referéndum con la Unión Europea.

Otra razón de la fortaleza que tiene la campaña de Salir es que ésta ha aprovechado la ola mundial del sentimiento anti-sistema. Al no poder citar un gobierno extranjero amistoso que apoye la Brexit o una organización internacional creíble que respalde la afirmación de la campaña de que Reino Unido estaría económicamente mejor fuera de la Unión, en su lugar ha presentado a partidarios miembros de Permanecer del Reino Unido como miembros de una élite global interesada.

Los defensores de Salir argumentan que por el contrario ellos están respaldados por personas que asumen riesgo y empresarios, aunque hay poca evidencia de esto: Una clara mayoría de empresas de todos los tamaños y formas respaldan el Permanecer, sin olvidar la inmensa mayoría de las empresas de la tecnología.

De hecho, las proclamas anti-elitistas de la campaña de Salir son algo incongruentes con las opiniones a favor del sistema que esgrimen muchos de sus líderes principales. Pero esta línea de ataque ha resonado entre los partidarios de base de la Brexit: los votantes de mayor edad, aquellos de menores ingresos y los de sectores de la sociedad británica que han perdido el estatus relativo a consecuencia de la globalización.

Esa cohorte incluye partes de una vieja clase dirigente cada vez más eclipsada por una nueva generación de profesionales enfocados internacionalmente. De hecho, la campaña Brexit es quizás mejor entendida no como una cruzada anti-sistema, sino como una contienda entre la vieja y la nueva élite.

Pero quizás el mayor problema de la campaña de Permanecer ha sido su incapacidad para llegar a una narrativa convincente del por qué existe la Unión Europea, qué es lo que hace y hacia dónde se dirige.

La campaña Salir ha resonado en gran parte porque ha convencido a muchos votantes de que la Unión Europea es un superestado antidemocrático, dominante y distante o un estado próximo a fracasar que representa un claro peligro para la identidad y las instituciones británicas.

Y en lugar de contrarrestar esta caricatura, la estrategia de Cameron ha sido ampliamente la de concordar, al tiempo que destaca las formas en que el estatuto especial de Reino Unido lo protege de los excesos de Bruselas.

Cierto, el contexto político y económico actual en Europa difícilmente facilita contrarrestar esta narrativa. Pero una campaña a favor de la Unión Europea confiada en sí misma podría contar una historia convincente sobre el papel fundamental de la Unión como un mecanismo por el cual 28 países soberanos pueden tratar de encontrar soluciones comunes a los problemas comunes que enfrenta un continente históricamente inestable.

La renuencia de Cameron para apuntar al papel de la Unión Europea en la respuesta a los desafíos transfronterizos que van desde las amenazas terroristas y la inmigración ilegal hasta el cambio climático es desconcertante. Así, también, como su renuencia a hablar de su propia jornada de ser un crítico abierto de Bruselas hasta convertirse en el defensor de la membresía de Reino Unido, y lo que aprendió sobre las realidades de la diplomacia internacional en dicho proceso.

Tal vez esto se deba a que el primer ministro cree que unas cuantas semanas de campaña no son suficientes para contrarrestar los 30 años de hostilidad mediática y política hacia la Unión Europea. O tal vez quiere evitar parecer demasiado pro-europeo, mientras alberga esperanza de reunificar a su partido después del referendo del 23 de junio.

De cualquier manera, él se encuentra tratando de luchar en una campaña Brexit muy cargada emocionalmente que está basada en la identidad armado en gran medida con las estadísticas económicas. No está claro que eso vaya a ser realmente suficiente.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

Copyright © 2016 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 13/06/2016