25 de may. (Dow Jones) – Estados Unidos está experimentando un período de calma neonatal que parece que va a durar años, un cambio que los demógrafos dicen que probablemente tenga repercusiones en la economía y que afecte todo, desde las salas de maternidad hasta los programas federales de asistencia social.

La tasa de natalidad de Estados Unidos ha subido modestamente desde 2013, una tendencia que probablemente continúe para cuando las cifras oficiales federales del año pasado se publiquen en junio, de acuerdo con lo programado. Eso ha sido resultado de la fuerte caída en la procreación de bebés que comenzó al inicio de la recesión en 2007.

Pero detrás de esa serie de buenas noticias hay signos más preocupantes de que Estados Unidos no podrá volver pronto a su promedio previo a la recesión, de cerca de dos bebés por cada mujer adulta. Algunos demógrafos han fijado sus previsiones sobre los futuros alumbramientos ya que el auge esperado en los nacimientos después de la recesión ha sido menor de lo previsto.

La estabilización en el número de nacimientos está repercutiendo en las ventas de las tiendas de enseres para infantes, provocando que los hospitales remodelen sus salas neonatales y ejerciendo presión en las constructoras de viviendas unifamiliares, dijeron ejecutivos y economistas.

"A nivel nacional e incluso mundial, estamos en una nueva era, en la que la gente está teniendo menos hijos", dijo Jennifer Olson, vicepresidenta de estrategia y desarrollo empresarial en Children's Hospitals and Clinics of Minnesota. "Eso realmente está modificando nuestra táctica".

Demografic Intelligence, una firma de Charlottesville, Virginia, que pronostica las tendencias de la tasa de natalidad, proyecta que hubo alrededor de cuatro millones de bebés nacidos en Estados Unidos en 2015, una cifra ligeramente superior a los 3.99 millones de bebés nacidos el año anterior. Se espera que la tasa de fertilidad total --una estimación que índica el número de partos que tendrá la mujer promedio durante su vida-- aumente de 1.85 en 2014 a 1.86 en 2015, de acuerdo con la firma.

La compañía de demografía dice además que sus proyecciones, que se basan en las tasas de desempleo, estimaciones de la confianza del consumidor y otras variables, han tenido aproximadamente un 99% de precisión en los últimos años.

Esto es muy por debajo de las tasas de fertilidad relativamente fuertes que comenzaron durante la década de los ochenta y que duraron hasta 2007, cuando la tasa global de fecundidad alcanzó un máximo de 2.12 hijos por mujer. Las tasas más bajas desde entonces se han traducido en aproximadamente 3.4 millones menos nacimientos entre 2008 y 2015, de acuerdo con Kenneth Johnson, demógrafo de University of New Hampshire.

"La tasa de natalidad es más baja de lo que esperábamos", dijo Sam Sturgeon, presidente de Demographic Intelligence. Su firma recientemente calificó el fin de la era de un cuarto de siglo en la que los estadounidenses experimentaron tasas excepcionalmente altas de fertilidad para una nación desarrollada, y predijo que la tasa de fecundidad total no será superior a 1.9 bebés por mujer en los próximos cinco años o más.

Una tasa de natalidad ideal es de alrededor de 2.1 bebés por mujer, han dicho los demógrafos, ya que es la tasa necesaria para restituir los actuales niveles de población. Estados Unidos sigue estando en situación mucho mejor que la mayor parte de Europa y partes de Asia, donde la tasa de fertilidad total se ha desplomado hasta 1.44 en Alemania y 1.49 en Italia, dijo Mark Mather, demógrafo de Population Reference Bureau, una organización de investigación sin fines de lucro con sede en Washington.

Una serie de factores sociales y económicos está amortiguando el número de alumbramientos en las mujeres de Estados Unidos. Las mujeres que nacieron con el milenio están retrasando su matrimonio, así como el tener hijos. El flujo de inmigrantes latinos que ayudó a elevar la tasa de natalidad de Estados Unidos ha disminuido.

Ahora las mujeres están superando a los hombres en la obtención de títulos universitarios, un hito que repercute en las tasas de natalidad ya que eso aumenta el costo que implica cuando las mujeres abandonan sus carreras para procrear.

Los adultos jóvenes no están tan unidos a las organizaciones religiosas como lo estaban las generaciones mayores en su edad, muestran las investigaciones, lo cual está reduciendo las filas de un grupo que tiende a tener más bebés.

También hay evidencias de que ser una mujer joven en un débil mercado laboral siempre reduce la posibilidad de tener hijos. Un estudio de 2014 realizado por los economistas Janet Currie y Hannes Schwandt de Princeton University encontró que para las mujeres de 20 a 24 años, un aumento de un punto porcentual en la tasa de desempleo promedio redujo su fertilidad en el corto plazo en seis concepciones por cada mil mujeres. Cuando estas mujeres llegaron a los 40 años, el aumento temprano en la tasa de desempleo había dado lugar a una pérdida total de 14.2 concepciones por cada mil mujeres. La mayoría de eso provino de las mujeres que terminaron por no tener hijos en lo absoluto.

"A parte de eso está el reloj biológico, pero parte de eso es que si ya lograste cierto estilo de vida cuando cumples 35 años, tener un hijo puede ser más problemático de lo que hubiera sido tenerlo a los 25", dijo Nan Marie Astone, miembro destacada de Urban Institute.

Una brecha más amplia está surgiendo entre quienes están o no teniendo hijos en Estados Unidos. Los nacimientos están aumentando entre las mujeres de mayor edad, educadas, casadas y más prósperas. Están disminuyendo entre las que abandonan la escuela en la preparatoria, y cayendo de forma particularmente pronunciada entre las adolescentes.

La edad promedio de las mujeres que dieron a luz en 2014 fue de 28.3 años, poco menos de un año de edad que una década antes, de acuerdo con Centers for Disease Control and Prevention.

Algunos demógrafos siguen siendo optimistas de que los nacimientos podrían experimentar pronto un aumento más significativo, sobre todo si la economía mejora. La mayor cohorte de la generación del milenio está entrando a los mejores años para procrear o a sus medianos a finales años veinte.

La participación en la fuerza laboral entre los adultos jóvenes ha aumentado, y las tasas de nacimientos de los latinos también están comenzando a incrementarse. Los alumbramientos se han recuperado hasta cerca de sus niveles anteriores a la recesión después de muchas otras recesiones, incluyendo la desaceleración de la década de los setenta.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 25/05/2016