22 de abr. (Dow Jones) – Han sido un par de meses de calma en los mercados financieros de China. Eso es poco probable que dure, y ahora es más probable que nunca que se derrame la turbulencia al sistema financiero del mundo que aún sigue siendo frágil.

Hasta el verano pasado, la mayor parte del mundo no se preocupaba del mercado o los bancos de China. Lo que sí importaba mucho era qué tanto producían sus fábricas y cuánto cobre o mineral de hierro importaban.

Eso cambió en agosto, cuando Beijing realizó una devaluación fallida de su moneda. Esta fue seguida en enero por una ola de liquidaciones en su mercado de valores que repercutió en todo el mundo.

"Es probable que veamos mucho más de eso", dijo Gastón Gelos, quien supervisó Global Financial Stability Analysis Report del Fondo Monetario Internacional, o FMI, que se publicó recientemente. El FMI espera que las conexiones de China en el sistema financiero mundial crezcan considerablemente en los próximos años.

Lo que es más preocupante, es la poca memoria de los inversionistas sobre el caos que provocó China en los mercados del mundo. La idea de que China sigue siendo un motor de crecimiento, y que en el país se pueden obtener grandes ganancias, es peligrosa para los inversionistas.

Durante la reciente calma que privó en los mercados chinos, el país amplió su influencia en el sistema financiero global mediante adquisiciones y la apertura de su enorme mercado de bonos doméstico.

Los inversionistas también se han vuelto a interesar más en el indómito mercado de valores de China. Mientras tanto, el crucial programa de reformas económicas de China se ha quedado atrás, por lo que es cada vez más probable que el país tenga que enfrentar más trastornos financieros, en particular, con su moneda.

En el frente de las adquisiciones, las empresas chinas han prometido gastar 96 mil 700 millones de dólares en adquisiciones en el exterior este año, poco menos que el  total de 106 mil 900 millones de dólares del año pasado. Durante un tiempo, el mayor acuerdo fue el intento malogrado de una aseguradora automotriz provincial china convertida en máquina de adquisición para comprar la cadena Starwood Hotels & Resorts Worldwide.

No hay mucho riesgo en que una empresa china compre una cadena hotelera. Pero Anbang Insurance Group prácticamente ha arrebatado aseguradoras, las cuales pueden causar algo más que una noche de pesadillas, si las cosas salen mal. Un obstáculo para la adquisición de Starwood fue la falta de transparencia en las finanzas de Anbang y las calificadoras han expresado las mismas preocupaciones.

Hace poco tiempo, Anbang adquirió una aseguradora de Corea y en noviembre acordó comprar Fidelity & Guaranty Life, uno de los mayores vendedores de anualidades indexadas fijas de Estados Unidos en mil 570 millones de dólares.

Anbang reemplazó a Fosun Group como el comprador chino en el extranjero del momento. Fosun reculó este año en sus compras después de hacer una serie de adquisiciones por 10 mil millones de dólares en dos años, en parte debido a que su presidente desapareció brevemente para ser interrogado por las autoridades chinas. Su desaparición minó los precios de los bonos y las acciones de Fosun, pero la empresa culminó dos adquisiciones extranjeras poco después.

No es difícil imaginar que los inversionistas pierdan la confianza en una empresa financiera cuyos ejecutivos desaparecen por estar en custodia del gobierno.

Durante años, los mercados de valores, bonos y divisas nacionales de China han estado cerrados en gran parte para los inversionistas extranjeros, generando así una muralla de fuego que protegía al resto del mundo de los altibajos que sufría China.

Eso también se está erosionando. China está abriendo su mercado de bonos valuado en 6.7 billones de dólares --el tercero más grande del mundo-- ahora que trata de distribuir el riesgo de su concesión exagerada de créditos.

Mientras que las calificaciones crediticias y las protecciones de bancarrota no son confiables en China, muchos inversionistas occidentales en busca de rendimiento han dicho que van a comprar cuando se les dé la oportunidad. Probablemente habrá mucho más que comprar: el mercado de bonos de China ha crecido 22% anual durante los últimos cinco años, de acuerdo con el FMI.

La apertura del mercado de bonos se presenta después que China ha permitido a los extranjeros comprar sus acciones y negociar con su moneda, aunque siempre en los términos de Beijing. Mercados que se han abierto como parte de los esfuerzos de China por liberar sus mercados de capitales.

Pero China está abriendo su mercado de bonos por una razón diferente, para hacer que los extranjeros le ayuden a manejar su enorme carga de deuda.

Ese es el problema de que China esté cada vez más profundamente involucrada en el sistema financiero mundial. En China, los objetivos de estabilidad y políticos han eclipsado durante mucho tiempo las realidades financieras.

China quiere diseminar el riesgo de sus mercados en el mundo. Pero sus mercados no son verdaderamente mercados como lo entiende Occidente –que no son otra cosa que otra herramienta política que puede ser utilizada por el gobierno central.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 22/04/2016