8 de feb. (Sentido Común) -- El presidente Enrique Peña Nieto decidió cambiar al director general de la compañía petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, en un momento en que la empresa enfrenta los más severos retos de sus casi 80 años de historia por el desplome del precio del crudo en los mercados internacionales y la apertura de la industria petrolera nacional a los capitales privados.

     Para dirigir a Pemex, el presidente nombró a un experimentado funcionario gubernamental, José Antonio González Anaya, quien venía desempeñándose como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y quien ha ocupado diversos cargos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, incluyendo el de subsecretario de ingresos durante la administración del presidente Felipe Calderón.

     González Anaya, quien es economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y quien cuenta con un doctorado en la misma materia de Harvard University, reemplaza al frente de Pemex a Emilio Lozoya Austin, uno de los colaboradores más cercanos hasta ahora de Peña Nieto.

     El presidente de México no aclaró los motivos del cambio y sólo indicó que González Anaya al frente de la petrolera tendrá principalmente que cumplir con dos obligaciones: “acelerar la transformación de Pemex para aprovechar las oportunidades de la reforma energética y al mismo tiempo lograr su fortalecimiento productivo y financiero en el contexto de bajos precios de petróleo”.

     Por reforma energética Peña Nieto entiende la apertura del sector a los capitales privados, tanto nacionales como extranjeros, que si bien ahora podrán competir contra Pemex en distintas actividades, pueden también ser sus aliados en diferentes proyectos en los que la empresa carece de conocimientos o capitales, como podría ser la exploración y explotación de campos petroleros en aguas profundas.

     Sin embargo, la tarea de González Anaya no será nada fácil. Su nombramiento lo hizo Peña Nieto justo en el mismo día en que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien preside el consejo de administración de la petrolera, anunció que la compañía tendrá que hacer ajustes a sus finanzas ante la caída que están registrando los precios del petróleo y que la dejan en una situación vulnerable.

     Eso complicará la llegada de González Anaya a Pemex, aunque al mismo tiempo, estas circunstancias quizás también fueron las que motivaron a Peña Nieto a remover del cargo a Lozoya, a fin de que la empresa cuente con una nueva cabeza que pueda darle nuevos bríos a la necesidad de implementar cambios profundos en Pemex, una empresa que muchos consideran ineficiente y muy mal administrada.

     Lozoya, de 41 años de edad, estuvo al frente de Pemex desde que Peña Nieto tomó el poder como presidente de México el 1 de diciembre de 2012. Durante su mandato, Pemex no pudo detener el deterioro que venía ya experimentando en materia de producción petrolera o en cuanto a pérdidas. La petrolera a reportado pérdidas trimestrales a lo largo de los últimos 12 trimestres.

     "Le he dado indicaciones al nuevo director general de tener como prioridad la eficiencia y rentabilidad de todo los procesos de Petróleos Mexicanos, haciendo énfasis en su competitividad internacional”, dijo Peña Nieto durante la ceremonia de nombramiento del nuevo director de Pemex. “Será necesario ajustar su estructura de costos, el programa de gasto y fortalecer sus procesos de inversión haciendo uso de los nuevos esquemas de asociación con el sector privado que le brinda la reforma energética".

El anuncio del nombramiento del nuevo director general de Pemex se da en el marco del segundo mayor cambio de funcionarios en el gabinete del actual sexenio.

Tras la salida de González Anaya del IMSS, Peña Nieto nombró a Mikel Arriola, quien anteriormente se encargó de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud encargado de regular diversas actividades como la venta de medicamentos en México, como nuevo director del IMSS.

Peña Nieto encomendó a Arriola el fortalecimiento financiero del Instituto, que ofrece servicios de salud a los trabajadores del sector privado, y una mejoría en la calidad de la atención a sus derechohabientes.

El cargo que venía ocupando Arriola al frente de Cofepris quedó desierto por el momento.

Otro cambio relevante en el gabinete federal fue la llegada del ex-rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, a la Secretaría de Salud, que hasta hoy estaba en manos de Mercedes Juan López.

Peña Nieto agradeció tanto a Emilio Lozoya como a Mercedes Juan su paso por el gabinete, así como su dedicación durante el tiempo que tuvieron sus cargos públicos.

Previo a este cambio de gabinete, Peña Nieto había realizado 10 movimientos en agosto pasado que incluyeron las llegadas de nuevos funcionarios, salidas de otros y rotaciones en diversas secretarías como la de Educación Pública, Relaciones Exteriores y Turismo, así como en la Procuraduría General de la República (PGR) y la Comisión Nacional de Seguridad (CNS).

 



Fecha de publicación: 08/02/2016

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