Singapur 23 de nov. (Dow Jones) -- Cuando International Energy Agency publicó un informe hace cuatro años anunciando la "edad de oro del gas", parecía que pocas cosas podrían hacer que se descarrilara el brillante futuro de esa fuente de energía.

Ahora, con la caída en los precios y la demanda viéndose inestable en los países consumidores clave como China, el optimismo de la industria de la energía respecto al gas parece haberse desvanecido.

Una preocupación particular se cierne sobre el mercado del gas natural licuado (GNL) --gas que se enfría para hacerlo líquido, y que luego es cargado en buques para su transporte a otros lugares.

En los últimos años, las principales compañías de gas y petróleo, como Chevron y Royal Dutch Shell, han invertido miles de millones de dólares en proyectos de GNL en países como Australia y Qatar, mientras que mayores sumas de dinero se han invertido en plantas que convierten el GNL en gas en los países consumidores, todo ello con la creencia de que la necesidad del mundo por este combustible podría aumentar rápidamente --especialmente ahora que países, particularmente en Asia, están tratando de alejarse de fuentes de energía más contaminantes como el carbón.

Sin embargo, el pesimismo que rodea ahora a la industria del GNL fue inconfundible en la conferencia de Gastech realizada recientemente, un importante evento anual de la industria del gas celebrada en Singapur.

"Toda la industria está preocupada porque es difícil de decir cuándo volverá a mejorar la demanda de China", dijo un estratega en GNL de una empresa de energía de Malasia que asistió al evento. "La creciente demanda de países más pequeños, como Pakistán, Egipto y Bangladesh no es suficiente como para compensar la disminución en la demanda del norte de Asia".

Los precios del GNL están sin duda en depresión. Hace dos años, el gas que se  dirigía a los grandes países del norte de Asia, como Japón y Corea, se vendía entre 15 y 16 dólares por millón de unidades térmicas británicas. En octubre, las entregas se vendían en 6.65 dólares por millón de unidades térmicas, 12% menos contra septiembre, de acuerdo con la firma de investigaciones Energy Aspects.

La firma que espera que los precios caigan aún más en Asia el próximo año, a menos de seis dólares por millón de unidades térmicas, cuando entre en línea la ola de nuevos suministros de gas en países que van desde Estados Unidos a Angola y Australia.

Los precios del GNL son como "un choque de trenes que se ve en cámara lenta", dijo Noel Tomnay, jefe global de gas e investigación de GNL de Wood Mackenzie, en una entrevista. "El mercado del gas no está sobre-abastecido actualmente. Pero la preocupación es que todo vaya a cambiar con todos los nuevos suministros que entrarán en funcionamiento".

Los productores de gas ya no pueden confiar en la rápida industrialización de China para absorber la oferta adicional, debido a la desaceleración de su crecimiento económico. La industria ahora cree que China no será capaz de digerir todo el GNL que ha contratado para comprar, dijo Tomnay.

Actualmente, el GNL representa 5% de la mezcla total de energía de China, y Beijing quiere aumentarla a 10% en 2020. Sin embargo, datos recientes muestran que las importaciones de GNL chinas han caído 3.5% en lo que va de este año, en comparación con un aumento del 10% en 2014.

En sintonía con los comentarios de Tomnay sobre sobreoferta en China, los gigantes petroleros PetroChina y CNOOC ofrecieron tres cargamentos de GNL para su reventa en septiembre, de acuerdo con Energy Aspects. El mercado del gas probablemente vea más de estas reventas, si la demanda sigue siendo tibia, dijo.

Sin duda alguna, algunos productores de gas esperan que Beijing pronto reduzca los actualmente altos precios del gas doméstico, que de acuerdo a los analistas han alentado a los consumidores a seguir usando combustibles más baratos como el carbón.

Gran parte del GNL que se consume en Asia se compra con base en contratos a largo plazo y los precios se fijan basándose en fórmulas vinculadas con los precios del petróleo --aunque la caída del crudo de los últimos 15 meses es otro viento en contra que enfrenta la industria.

Seah Moon Ming, director ejecutivo de la sede en Singapur de Pavillion Energy, dijo que la mayoría de los compradores de gas están cada vez menos dispuestos a comprometerse con  compras de grandes volúmenes a largo plazo, con la esperanza de poder obtener suministros más baratos a los precios actualmente deprimidos.

"Algunos incluso han regresado al carbón. Como resultado, estamos viendo más ventas a corto plazo y a los compradores retornando al mercado en efectivo para complementar su suministro", dijo.

Otros esperan contratos más cortos, con una mayor flexibilidad en los plazos de entrega y que la duración se convierta en la nueva norma, un desarrollo que es desfavorable para los productores de gas que gustan de la certeza relativa de los ingresos en el caso de los contratos a largo plazo.

"La noción de un contrato a 20 años ya no es válida", dijo Cherif Souki, director ejecutivo de Cheniere Energy con sede en Houston.

Líderes de la industria tales como Helge Lund, director ejecutivo de BG Group de Reino Unido, piden más disciplina en las nuevas inversiones de GNL y una mayor colaboración entre los participantes del mercado,  como compartir  los recursos del transporte, servicios y almacenes.

"Los negocios usuales ya no son la opción," dijo Lund.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 23/11/2015