26 de oct. (Sentido Común) -- Al transitar por Paseo de la Reforma rumbo al zócalo de la Ciudad de México, de repente emergen, tras cruzar el Bosque de Chapultepec, tres rascacielos que --sobre todo de noche-- dan a la capital del país una nueva aura de modernidad y desarrollo.

     Pronto, en ese pequeño espacio urbano, que algunos comienzan ya a llamar el Little Manhattan mexicano en obvia e irónica referencia al distrito de la ciudad de Nueva York que concentra sus rascacielos, se erigirá una nueva torre que tendrá, como las tres construcciones vecinas, más de 50 pisos.

     El nuevo proyecto inmobiliario, que contará con 58 pisos, se conocerá como Chapultepec Uno y estará a un costado de Torre Mayor, el primer rascacielos en abrir sus puertas en 2003 en esa zona. 

     Chapultepec Uno estará además, como puede dilucidarse por las múltiples grúas que ya trabajan en su predio, en frente de la Torre BBVA Bancomer, otro edificio de más de media centena de pisos donde a partir de finales de este año estarán las oficinas corporativas del banco más grande de México, Grupo Financiero BBVA Bancomer, filial del banco español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria.

     El otro rascacielos de la zona, llamado Torre Reforma y que está aún en proceso de construcción, está al otro costado de la Torre Mayor. Los propietarios de este rascacielos, el Fondo Hexa, estiman que ese edificio con sus 57 pisos estará listo a finales de este año.

     En el caso de Chapultepec Uno, el edificio entrará en operación a finales de 2018 o principios de 2019, dijo Andoni Gómez de Segura, analista senior de Thor Urbana Capital, una empresa inmobiliaria mexicana, que es una de los principales inversionistas en el cuarto rascacielos sobre Reforma.

     Si bien estos cuatro edificios no son los únicos de esos tamaños en la capital, existen dos más --la Torre Latinoamericana y la Torre Pemex--; sí son los que han formado un cluster de torres que, de cierta manera, corona el auge inmobiliario que a lo largo de poco más de década y media ha vivido la principal avenida del país.

     Además de las tres construcciones monumentales que hoy se alzan en la intersección de Reforma, con Circuito Interior y Lieja, la avenida ha visto la llegada de varias edificaciones de clase mundial que le han devuelto el prestigio y glamour que perdió por los temores a la zona que generó el sismo de 1985, por las innumerables protestas de los ochenta y noventa y por el desarrollo de nuevas zonas inmobiliarias, como Santa Fe, al nor-poniente de la ciudad, que se convirtió en una alternativa con edificios también modernos y sin los problemas de las protestas que aquejan a Reforma.

     Claro que su trazo europeo, salpicado por rotondas con monumentos clásicos como la Fuente de la Diana Cazadora o la Columna de la Independencia, más sus camellones arbolados y una política pública de los últimos tres gobiernos del Distrito Federal a favor de construcciones verticales y céntricas, ha provocado que Reforma recupere su lugar como la avenida más relevante del país.

     Aun cuando hoy Reforma todavía padece múltiples protestas, que generan dolores de cabeza a quienes ahí viven y a quienes rentan oficinas, las ventajas en materia de transporte público y vialidades que ofrece, la hacen una zona mucho más cómoda y codiciada para algunos que otras, como la misma zona de Santa Fe, que por estar tan alejada del centro de la ciudad, su acceso es problemático y carece de un buen servicio de transporte público.

     De acuerdo con especialistas inmobiliarios, Reforma es hoy la zona con el precio por metro cuadrado más elevado de la Ciudad de México, de cerca de 31 dólares para los edificios también conocidos como A o A+ y de 35 dólares para los rascacielos.

     Además, goza del mayor índice de ocupación, aun cuando tiene varios edificios nuevos con espacios desocupados que han provocado un descenso de cerca de más de once puntos porcentuales de ese indicador. En 2009, el índice de ocupación de la zona era de 97.5%.

     “La ocupación promedio para Reforma se ubica en 85.6%. Sin embargo, los edificios comparables con Chapultepec Uno se encuentran ocupados al 100%”, dijo Softec, una firma de consultoría para el sector inmobiliario, en su último reporte trimestral sobre los edificios de oficinas en la Ciudad de México.

     El regreso de Reforma como el sitio inmobiliario más cotizado es lo que en buena medida explica por qué los inversionistas de Chapultepec Uno decidieron edificar ahí un rascacielos; aun cuando el panorama económico del país es hoy menos favorable que el de hace tres o cuatro años.

     Si bien la aprobación de una serie de reformas económicas al inicio del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, despertaron gran entusiasmo sobre el futuro económico de México, principalmente por la apertura que logró del sector petrolero nacional a los capitales privados, hoy otros problemas, como el desplome de más de 40% del precio del crudo, han provocado que esas expectativas favorables desaparezcan.

     Hoy ya pocos en México esperan que el país logre atraer los cerca de 20,000 millones de dólares al año en inversión extranjera que se esperaba llegarían por la apertura energética del país.

     Los menores precios del crudo han provocado que muchas compañías petroleras recorten sus planes de inversión en el extranjero, incluyendo aquellas que pudieron haber considerado invertir en México tras la decisión del gobierno, respaldada por el Congreso de la Unión, de dar por terminada la estructura monopólica estatal de casi ocho décadas sobre casi todas las actividades petroleras.

     Sin embargo, el cambio en el panorama económico de México no ha detenido el proyecto de Chapultepec Uno ni al parecer lo detendrá.

     “Estamos en la mejor ubicación”, agregó Gómez de Segura, de Thor Urbana Capital. La caída del crudo o incluso de las tasas de ocupación en Reforma “no nos preocupan. Estamos en la mejor ubicación, tenemos una gran vista hacia el Bosque y el Castillo de Chapultepec, estamos cerca de zonas residenciales y de oficinas como Polanco y hemos diseñado los mejores servicios”.

     El monto de la inversión total que realizará Thor Urbana Capital y sus socios en la edificación Chapultepec Uno no ha sido revelado.

     Sin embargo, hace dos semanas la compañía Ritz-Carlton Hotel Company, dueña de la cadena de hoteles de lujo Ritz-Carlton, anunció que alojará su primer hotel en la capital del país en ese rascacielos.

     La inversión que hará esa cadena para adecuar las instalaciones de Chapultepec Uno a sus necesidades será de 70 millones de dólares, dijo Gómez de Segura. 

     Además del hotel, que tendrá 153 habitaciones, la torre albergará 64 departamentos residenciales exclusivos y contará con 30,000 metros cuadrados destinados a la renta de espacios para oficinas.

     La torre tendrá también un helipuerto y contará con un sistema de estacionamiento inteligente, además de un sky lounge, que rivalizará con el club privado Piso 51 ubicado en la cima de la Torre Mayor y desde donde se tienen panorámicas espectaculares de la ciudad.

     “Se trata de un proyecto que se caracterizará por su exclusividad y que contará con una de las mejores vistas de la zona”, dijo Gómez de Segura. “Paseo de la Reforma desde siempre ha sido una de las zonas con los mejores servicios y donde se encuentran las oficinas corporativas de las principales empresas, además de ser un importante centro financiero y de consultoría”.

     Una característica que tendrá esa nueva torre y que de hecho es ya bastante común encontrarla en México es que en ella co-existirán diversos tipos de propiedades, algo que se conoce en el ámbito inmobiliario como usos mixtos.

     En Paseo de la Reforma la edificación que hoy se considera que fue pionera en el uso de este concepto fue el complejo Reforma 222. En él, sus propietarios, Grupo Danhos, edificaron dos torres para alojar oficinas y departamentos privados, además de que en la planta baja construyeron tres pisos para establecimientos comerciales, desde restaurantes, cafeterías y tiendas de todo tipo hasta un conjunto de cines administrados por la cadena Cinemex.

     Para algunos, la creación de Reforma 222, que diseñó el arquitecto mexicano Teodoro González de León, fue un parteaguas al corroborar que este tipo de desarrolladores inmobiliarios cabían en Reforma.

     Hoy otros complejos recientes como Capital Reforma, de Grupo Gicsa, cuenta también con espacios de oficinas y lugares comerciales.

     Chapultepec Uno, que fue conceptualizada por la firma KMD Architecs, replicará esto, con el detalle adicional de que el rascacielos contará no solo con oficinas, residencias privadas, espacios comerciales, sino también con el hotel Ritz-Carlton.

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Fecha de publicación: 26/10/2015

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