9 de oct. (Dow Jones) -- Una amplia ola de liquidaciones que ha sacudido a los mercados emergentes está mostrando signos de propagación.

La raíz de la ansiedad de los inversionistas radica en la economía de China, que en 2015 está en vías de crecer a su ritmo anual más bajo en seis años. Otra gran preocupación es las consecuencias de que haya mayores tasas de interés en Estados Unidos, que muchos funcionarios de la Reserva Federal dicen que están propensas a llegar a finales de este año.

La desaceleración de China, el mayor importador mundial de muchas materias primas, ha afectado sus precios y está influyendo en el comercio mundial, dos factores que están poniendo bajo tensión a otras naciones en desarrollo.

A pesar de que los problemas en China resonaron en todo el mundo en el tercer trimestre, muchos administradores de fondos siguieron confiando en que los mercados de Estados Unidos y de otros países desarrollados serían capaces de resistir los vientos en contra y sin sufrir demasiados daños. Los cuales están siendo cuestionados cada vez más, debido a que las perspectivas del crecimiento mundial siguen deteriorándose.

La caída en el precios de las acciones de la correduría de materias primas Glencore y el aumento en las tasas de incumplimiento corporativo en todo el mundo podrían señalar una nueva etapa en una crisis que ha sacudido a los mercados financieros desde mediados del verano pasado, dijeron algunos inversionistas.

La directora administrativa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo recientemente que la organización volvería a rebajar su estimación del crecimiento global.

"Ahora nos estamos enfocando en China y los mercados emergentes como el mayor riesgo para la economía estadounidense y los mercados globales", dijo David Spika, estratega de inversión global en GuideStone Capital, que supervisa 10,700 millones de dólares en activos. "Si llegáramos a ver una hemorragia en la economía de Estados Unidos", la causa sería la desaceleración de los mercados emergentes, agregó.

Los inversionistas globales sacaron 40,000 millones de dólares de las acciones y los bonos de los mercados emergentes en el tercer trimestre, de acuerdo con estimaciones de Institute of International Finance. Este ha sido el mayor flujo que haya salido desde el cuarto trimestre de 2008, durante el apogeo de la crisis financiera.

En el tercer trimestre, el MSCI Emerging Markets Index cayó casi 20%, su peor desempeño trimestral desde el tercer trimestre de 2011.

El MSCI World Index, que da seguimiento a las acciones de los países desarrollados, cayó 9.3% en el mismo período. El Dow Jones Industrial Average bajó 8.9% en el trimestre.

El J.P. Morgan GBI-EM Global Diversified Index, una referencia para los bonos de los mercados emergentes emitidos en monedas locales, tuvo un rendimiento de menos 12% en los últimos tres meses, el peor trimestre desde el lanzamiento del índice en 2003.

"Pasamos por un periodo en el que el consenso era demasiado optimista sobre las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes", dijo Neil Shearing, economista en jefe de mercados emergentes de Capital Economics.

Shearing agregó que él piensa que la confianza de los inversionistas se ha tornado demasiado negativa porque los administradores de fondos están agrupando mercados emergentes relativamente saludables, como México y Polonia, con economías más problemáticas, como las de Brasil y Turquía.

Una crisis, en toda la extensión de la palabra, como la que afectó a las naciones en desarrollo a finales de los noventa parece poco probable que se presente, dijeron muchos economistas, debido a la amplia adopción de las monedas que tiene una libre flotación y a la acumulación de grandes reservas de divisas fuertes.

China, recurrió a sus reservas para detener la caída del yuan, cuya devaluación del 11 de agosto provocó un brote de turbulencia en los mercados financieros. El yuan ha recuperado con dificultades más de la mitad de sus pérdidas contra el dólar desde entonces, lo que algunos analistas dicen que evitará que se recrudezca significativamente la ola de ventas en los mercados emergentes en el corto plazo.

Sin embargo, el daño ya es considerable. Mientras que una moneda más débil tiende a impulsar la competitividad del sector exportador de un país, esto también hace que sea más caro para los prestatarios de estos países darles servicio y pagar sus deudas denominadas en dólares. Esto también genera inflación, lo que reduce el poder adquisitivo de los consumidores en estos países.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 09/10/2015

Etiquetas: China Mercados Emergentes Divisas Yen Dólar Acciones Materias Primas