7 de jul. (Dow Jones) -- Los bancos centrales de los mercados emergentes están agotando sus reservas denominadas en monedas extranjeras al ritmo más rápido registrado desde la crisis financiera, lo que reduce la capacidad de algunos países para sortear crisis potenciales, como un aumento en las tasas de interés de Estados Unidos.

Los analistas estiman que el total de las reservas en divisas extranjeras de los países emergentes ha caído en 222,000 millones de dólares a 7.50 billones de dólares durante el primer trimestre, de acuerdo con un análisis de Dow Jones basado en datos del Fondo Monetario Internacional. La caída de 3% en las reservas representaría la mayor pérdida porcentual registrada en un trimestre desde el primer trimestre de 2009.

A pesar de esa caída, el total de las reservas extranjeras aún ronda en torno a niveles récord para los países emergentes, dándoles confianza a los observadores de que éstos están, en general, en una posición relativamente sólida como para resistir los choques externos durante los periodos de estrés. Algunos países, como Rusia, han estado reconstruyendo sus reservas después de sufrir descensos significativos.

Las reservas extranjeras totales son capaces de cubrir cerca de 11 meses de las necesidades de importación de estos países, de acuerdo con datos del FMI, mientras que la regla de oro de las reservas adecuadas corresponde a seis meses.

"No estamos tan preocupados por algunas de las caídas en las reservas extranjeras", dijo Joyce Chang, jefa global de investigación de JP Morgan Chase, y quien señaló que la caída se ha limitado a un puñado de países que tienen las mayores cantidades de reservas.

Aún así, el riesgo está aumentando en varios países que enfrentan un crecimiento lento, menores reservas y monedas más débiles. La preocupación es que cuando la Reserva Federal de Estados Unidos eleve sus tasas --probablemente a finales de este año-- el consiguiente aumento en los rendimientos atraiga dinero en efectivo a Estados Unidos, el cual se había invertido en los países emergentes y donde las tasas ya son elevadas.

Para aquellos países que tienen reservas extranjeras demasiado escasas como para absorber los choques, sus monedas --muchas de las cuales ya se han depreciado-- podrían enfrentar más presión a la baja.

Turquía, Sudáfrica, Malasia e Indonesia son algunos de los países vulnerables, cuyas reservas han caído por debajo de sus necesidades de financiamiento externo a corto plazo, de acuerdo con el Institute of International Finance. A principios de este mes, la lira turca cayó a su menor nivel histórico frente al dólar, después de que su partido gobernante no logró asegurar la mayoría en las elecciones, mientras que el ringgit de Malasia, el rand de Sudáfrica y la rupia de Indonesia se hundieron a sus menores niveles en varios años.

"Es una fuente de preocupación", dijo Andy Keirle, gerente de cartera de T. Rowe Price Emerging Markets Local Currency Bond Fund. "Estamos nerviosos por Sudáfrica y Turquía, ya que no ha habido muchos movimientos políticos con miras a reducir sus desequilibrios externos".

La preocupación es evidente en los flujos de inversión. Este año, los inversionistas extranjeros han sacado 23,900 millones de dólares de la renta variable de los mercados emergentes, de acuerdo con JP Morgan. Mientras tanto, cerca de 200 millones se han retirado de los bonos denominados en moneda local de los mercados emergentes. Las acciones y la deuda local son más susceptibles a los movimientos cambiarios.

Las reservas de divisas se consideran como un indicador de la capacidad de un país para resistir las variaciones en el tipo de cambio. Muchos países emergentes han permitido que sus monedas floten desde la crisis financiera asiática de la década de los noventa, pero sus bancos centrales todavía realizan intervenciones periódicas para evitar la excesiva volatilidad en los tipos de cambio.

Durante el primer trimestre, la volatilidad en el mercado de divisas del mundo alcanzó un punto álgido, lo que llevó a muchos a gastar miles de millones de dólares de sus reservas para defender sus monedas.

El FMI publicó su cuenta oficial de las reservas de divisas el 30 de junio mediante un informe trimestral incluido en Currency Composition of Official Foreign Exchange Reserves, conocido como el informe Cofer. Los reportes Cofer anteriores mostraron que las reservas ya se habían reducido durante dos trimestres, a 7.7 billones de dólares a finales de 2014; el último descenso llevó las pérdidas totales de reservas a 542,000 millones de dólares, una caída de 6.7% contra las reservas a mediados de 2014.

Parte de la disminución reciente en las reservas se debió a un repunte generalizado del dólar.

Un dólar creciente conduce a valores más bajos en las reservas que están en poder de los países emergentes en euros, yenes y otras monedas fuertes. Morgan Stanley Investment Management estima que cerca de 40% de la caída en las reservas se debió a cambios en la valuación de las divisas.

Pero Olivier Desbarres, un estratega independiente de mercados emergentes, estimó que la totalidad de esta caída se debió a las fluctuaciones monetarias. Las estimaciones varían ampliamente, porque China no da a conocer sus composiciones de sus reservas extranjeras.

La disminución representa el caso contrario a la tendencia que prevaleció durante varias décadas de una rápida acumulación de reservas en los países en desarrollo debido a los fuertes ingresos de capitales y superávits comerciales. De acuerdo al FMI, el total de las reservas extranjeras de los mercados emergentes han aumentado de 610,600 millones de dólares en 1999 a su mayor nivel alcanzado de 8.1 billón dólares en junio pasado.

Esa acumulación se ha revertido últimamente, ya que estos países ahora enfrentan un menor comercio mundial y un menor crecimiento. Más recientemente, el aumento en la cotización del dólar, la caída en los precios de las materias primas y algunos problemas específicos de cada país han entrado en juego, lo que agrava la salida de sus reservas.

Casi la mitad de la caída --de 113,000 millones de dólares-- fue en China, que enfrenta la reducción de sus excedentes comerciales y la creciente salida de capitales. Su banco central también se vio apuntalado el valor de su moneda mediante la venta de dólares, reduciendo sus reservas extranjeras a 3,700 millones de dólares.

Las reservas de Rusia también cayeron en último trimestre, ya que el banco central trató de reforzar su moneda ante los precios más bajos del petróleo y las sanciones. Sin embargo, Moscú logró detener el declive de sus reservas y volvió a comprar dólares recientemente. Arabia Saudita, Nigeria y Malasia también sufrieron pérdidas pronunciadas en reservas debido a la reducción de sus ingresos procedentes de las exportaciones de sus materias primas.

El drenado de sus reserva es "una confirmación de todas las tensiones potenciales que están enfrentando los mercados emergentes en este momento y probablemente de cara al futuro", dijo James McCormack, jefe global de calificaciones soberanas de Fitch Ratings.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

 

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Fecha de publicación: 07/07/2015