Tras elecciones, expertos ven deseo de cambio, descontento de electores

8 de jun. (Sentido Común) -- Un ganador sin partido en una elección a gobernador, los cambios de partidos en el poder en seis de nueve estados en disputa, más las victorias locales de candidatos independientes o hasta de quienes hasta ahora eran ajenos a partidos en el poder, dejan para muchos analistas dos conclusiones relevantes del proceso electoral intermedio: el desencanto con quienes gobiernan y el deseo de cambio de buena parte de los electores.

     Si bien la victoria de Jaime Rodríguez, mejor conocido como ‘El Bronco’, como el primer candidato independiente en ganar una elección para gobernador capturó la atención de muchos, el hecho de que en los estados de Baja California Sur, Sonora, Nuevo León --que ganó Rodríguez--, Querétaro, Michoacán y Guerrero los partidos en el poder perdieran las elecciones a gobernador, marcaron para muchos un claro deseo de cambio en los votantes o de descontento con sus actuales gobernantes.

     “¿Quién ganó el domingo? Ganó el cambio”, escribió Roberto Trad, socio director de la consultora política El Instituto, en la sección Palenque del portal Animal Político. “Más allá del Bronco, creo que hay que entender el mensaje contundente de la sociedad: cambio”.

     Esa sociedad por ejemplo eligió al exfutbolista, Cuauhtémoc Blanco, para ser el presidente municipal de Cuernavaca, la capital de Morelos. Si bien Blanco, no es la primera celebridad que gana una elección gracias en parte a su popularidad, si es uno de los pocos que gana un puesto que pertenece al poder ejecutivo.

     Previamente, las celebridades habían ganado puestos legislativos, pero pocos o tal vez ninguno lo había logrado para un cargo del poder ejecutivo, una clara señal para algunos de que los electores están dispuestos a tomar el riesgo de dar las riendas de los gobiernos a personas que no han participado anteriormente en la política, como es el caso de Blanco.

     Algo de lo que no puede presumir Rodríguez tras su victoria en Nuevo León, ya que previo a su decisión de ir como candidato independiente por esa gubernatura, fue militante durante tres décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

     Sin embargo, su victoria, como también la del candidato de Movimiento Ciudadano, Enrique Alfaro, a la alcaldía de Guadalajara deja entrever que los votantes están buscando opciones distintas a las que les ofrecen los partidos tradicionales.

     De ahí que otros analistas concluyan también que los resultados electorales pueden interpretarse al mismo tiempo como una muestra de descontento y de mayor exigencia por parte de los electores con sus gobernantes.

     A medida que la democracia se consolida en México luego de que por más de 70 años la vida política de este país la controló el PRI casi de manera monolítica hasta el año 2000, la gente está cada vez más dispuesta a tomar riesgos en las elecciones para elegir a partidos de opositores, a nuevas personalidades políticas o a candidatos independientes.

     “Una lectura importante para la actual clase política, independientemente del partido, [es] el descontento con quienes ejercen el poder”, escribió el periodista Javier Garza, también en El Palenque.

     Ese descontento, por ejemplo, también llevo a Pedro Kumamoto, un joven de 26 años de edad, a ganar una curul en el Congreso del estado de Jalisco; mientras que Manuel Clouthier, miembro de una familia con gran tradición política, ganó una diputación federal en el estado de Sinaloa como candidato independiente.

     Claro que tampoco hay que olvidar que los electores dieron al partido en el gobierno, el PRI, junto con sus aliados, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Nueva Alianza (Panal), lo que aparenta ser una mayoría simple en la Cámara de Diputados, con la mitad más uno de los 500 miembros que conforman ese recinto legislativo pertenecientes a esas tres fuerzas políticas.

     De tal suerte que si bien la sociedad optó, en buena proporción, por el cambio y mostró también con ello su descontento con la situación por la que atraviesa México, tampoco castigó en demasía al gobierno del actual presidente Enrique Peña Nieto, que ha estado envuelto en escándalos de conflicto de intereses o tráfico de influencias.