27 de feb. (Sentido Común) -- El presidente Enrique Peña Nieto anunció su primer cambio de gabinete desde que asumió el poder en diciembre de 2012 al remover a Jesús Murillo Karam de la Procuraduría General de la República (PGR) para nombrarlo titular de la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu).

     El exsecretario de Sedatu, José Carlos Ramírez Marín, pasará muy probablemente a contender por una diputación en las próximas elecciones federales del 7 de junio por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

     Peña Nieto no reveló el nombre de la persona que sustituiría a Murillo al frente de la PGR. Sin embargo, envió más tarde al Senado una notificación oficial en la que proponía a la exsenadora Arely Gómez para reemplazar a Murillo. Gómez renunció de hecho a su cargo como senadora del PRI pocas horas antes del anuncio oficial de la salida de Murillo de la PGR.

     Un vocero de la presidencia dijo a la agencia de noticias Dow Jones, que Gómez, con 62 años de edad, actuará como subprocuradora hasta que sea ratificada en el cargo por el Senado.

     Muy probablemente Gómez sea además quien encabece la transformación de la PGR en Fiscalía General, un cambio importante pues da mayor autonomía a esa dependencia para llevar a cabo sus funciones de fiscalización.

     La salida de Murillo era hasta cierto punto esperada. Los rumores en círculos políticos mencionaban que el procurador estaba buscando dejar el cargo ante las complejas tareas que ha enfrentado y que lo han desgastado frente a la opinión pública.

     La más reciente y más relevante de esas tareas controvertidas fue la investigación que encabezó Murillo sobre la desaparición y aparente asesinato de 43 normalistas en la ciudad de Iguala en el estado de Guerrero.

     Si bien los resultados de la investigación de Murillo parecen bastante plausibles, la forma como el procurador se condujo a lo largo de la investigación despertaron serias críticas a su proceder.

     El procurador ha sostenido que la muerte de los normalistas se debió a un conflicto local por el que el presidente municipal ordenó la detención de los 43 estudiantes que provenían de la escuela normal rural, Raúl Isidro Burgos del poblado de Ayotzinapa. Los estudiantes llegaron a Iguala el 26 de septiembre a tomar unos camiones por la fuerza para dirigirse a la Ciudad de México y participar en las protestas para conmemorar el asesinato de estudiantes el 2 de octubre de 1968.

     La policía municipal detuvo a los estudiantes de manera violenta y los entrega a la banda criminal, Guerrero Unidos, con quien estaba vinculado el alcalde de Iguala. La banda asesina a los estudiantes ante la confusión de que ellos estaban también vinculados con otro grupo criminal, Los Rojos; los incinera y los incineran en un basurero local para luego arrojar las cenizas y restos menores al río.

     Cerca de 100 personas, incluido el alcalde de Iguala y miembros de los Guerreros Unidos y de la policía municipal, han sido arrestados.

     Sin embargo, algunos expertos forenses criticaron la labor de Murillo al señalar que aún faltaban pruebas para poder concluir con total seguridad el caso. Sin embargo, el procurador uso la frase: “esta es la verdad histórica de los hechos”, que generó gran controversia.

     Hasta ahora sólo un estudiante ha sido identificado a través del DNA que se pudo extraer de un fragmento de hueso supuestamente encontrado en el basurero. Las pruebas las realizaron especialistas de una universidad en Austria.

     Peña Nieto, sin embargo, destacó la labor de Murillo en la investigación sobre el secuestro y la desaparición de los normalistas.

     "Su amigo, el Presidente, le está ampliamente agradecido por su trabajo, su dedicación y enorme compromiso para cumplir en esta responsabilidad", dijo Peña Nieto.

     En su nuevo cargo Murillo tendrá a su cargo la ordenamiento territorial y la promoción de mejores condiciones de vivienda en el país.

    


Fecha de publicación: 27/02/2015

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