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Berlín, 21 de oct. (Dow Jones) -- El enfrentamiento entre el Banco Central Europeo (BCE), Alemania y otros gobiernos de la zona del euro está frenando el esfuerzo del viejo continente por infundirle ímpetu a su desfalleciente recuperación económica.
Las tensiones, que se han estado gestando por meses, se han agudizado este mes ya que los datos económicos de la zona euro se han deteriorado y amenazan con impedir una respuesta política coherente mientras la economía europea se desliza hacia su tercera recesión en seis años.
Un número creciente de responsables políticos y asesores opinan que ahora se requiere un impulso coordinado, que comprendería nuevas y agresivas medidas del BCE, mayores inversiones de las instituciones de Alemania y la Unión Europea, y reformas económicas más audaces en Francia e Italia.
"Necesitamos un gran acuerdo en el que los gobiernos nacionales entiendan que la política monetaria sólo puede tener éxito, si van acompañados de reformas estructurales y una política fiscal responsable", incluyendo políticas menos austeras en Alemania, dijo Marcel Fratzscher, director del Instituto Alemán de Investigación Económica, un centro de estudios apartidista de Berlín.
Hasta este esfuerzo coordinado podría no ser suficiente para hacer que la zona del euro tenga un crecimiento más rápido, debido a los problemas profundos, advirtieron funcionarios y economistas de la zona de la moneda común. Pero en su ausencia, los riesgos de una recesión a corto plazo y un declive a largo plazo se están incrementando, sostuvieron muchos.
Una caída de 1.8% en la producción fabril de la zona euro en agosto, publicada recientemente, fue el último indicio de que el bloque monetario de 18 países puede haberse contraído en el tercer trimestre, tras su caída en el segundo trimestre.
Alemania también redujo recientemente sus previsiones oficiales de crecimiento, mientras que las lecturas de inflación de Francia y Reino Unido --país que no usa el euro, pero que está expuesto a los problemas económicos del bloque-- fueron inesperadamente débiles.
El BCE, que está bajo presión para comprar activos financieros a gran escala para reanimar la actividad económica y la inflación, no confía en que esa medida funcione de manera aislada y teme a las reacciones políticas en Alemania.
Los funcionarios del BCE preferirían recurrir a mayores medidas potencialmente riesgosas, mientras los gobiernos toman medidas complementarias para reactivar sus economías, dijeron personas familiarizadas con la manera de pensar de los funcionarios del banco central. Pero los líderes nacionales están en conflicto acerca del tipo de acciones a las que se deben recurrir.
El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, recién rechazó su llamados para acrecentar el gasto y retrasar su objetivo de tener un presupuesto equilibrado el próximo año, ante las crecientes evidencias de una desaceleración en la mayor economía de Europa. En Berlín, las autoridades también dijeron que no ven la necesidad de que el BCE pruebe nuevas e inciertas medidas.
Entre tanto, Francia e Italia avanzan mucho más lento en las reformas económicas --como modificar las rígidas reglas del mercado laboral y disminuir la burocracia de las empresas-- que Alemania y el BCE quieren que se implanten. Sin embargo, ambas naciones están cabildeando para que el banco central y Berlín ayuden más con la falta de demanda en la economía de Europa.
"Mi temor, que es compartido por muchos, es que si no adaptamos (las políticas económicas de la zona euro), vamos a terminar en un largo período de... muy bajo crecimiento y muy baja inflación ", dijo Michel Sapin, ministro de finanzas de Francia, a la prensa cuando se reunieron en Luxemburgo los ministros de finanzas de la zona del euro.
"Corremos el riesgo de entrar a un período tipo Japón, que haría mucho daño a nuestras economías y... a nuestros presupuestos", dijo Sapin, en alusión a los largos años de deflación y limitado crecimiento de Japón, que --a pesar de las diferencias entre los dos ejemplos-- se discuten con frecuencia en Europa como una advertencia para el continente.
El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble respondió a los llamados de Berlín para impulsar los préstamos y la inversión pública, que enfrentó durante la reunión del Fondo Monetario Internacional de la semana pasada en Washington. "Lo peor que podríamos hacer sería repetir los errores anteriores" de depender de la deuda pública para elevar el crecimiento, dijo.
Alemania dijo que espera tener un crecimiento de escasamente 1.2% este año y 1.3% el próximo, por debajo de las previsiones anteriores de cerca de 2%. Un crecimiento más bajo "no es agradable o particularmente grandioso, pero no es ninguna razón para hablar de crisis", dijo Schäuble.
Fratzscher dijo estar "relativamente pesimista" de que Alemania vaya a cambiar de curso o que Francia e Italia reformen secciones de sus economías con una mayor decisión. La voluntad política para realizar el cambio "sólo aparece cuando estamos con la espalda en la pared", dijo.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 21/10/2014