11 de ago. (Bloomberg) -- Fiat, el fabricante más grande de Italia y un símbolo de las dificultades del país por adaptarse a la globalización, se va de casa después de 115 años. 

     En su última reunión de accionistas celebrada en Turín, la familia Agnelli, la cual ejerce el control de la automotriz, y otros inversionistas decidieron el fin de Fiat como una empresa italiana, al aprobar la fusión con Chrysler en una votación. 

     Creada por el director ejecutivo italo-canadiense Sergio Marchionne, Fiat Chrysler Automóviles, o FCA, será incorporada bajo la ley holandesa, tendrá su sede en el Reino Unido y cotizará en la Bolsa de Valores de Nueva York. 

     "Marchionne no quiere abandonar Italia; quiere que FCA y él mismo sean participantes globales, para lograrlo tiene que reposicionar el centro de gravedad de FCA", dijo Erik Gordon, profesor de Stephen M. Ross School of Business de University of Michigan. "Eso es un poco triste para Italia." 

     La estructura cosmopolita de la nueva entidad refleja el alejamiento de la industria automotriz del enfoque nacionalista como el que tenía Fiat, que por décadas se enorgulleció de su herencia italiana y turinés. 

     Al combinar recursos con la automotriz estadounidense, la empresa antiguamente conocida como Fabbrica Italiana di Automobili Torino podrá competir mejor con los pesos pesados como General Motors, Volkswagen y Toyota Motor, dijo su director ejecutivo. Además, el acercamiento a la bancarrota hace una década demostró que el enfoque italiano era insostenible. 

     "Marchionne necesita los reflectores de Wall Street", donde Fiat Chrysler planea colocar su cotización principal a mediados de octubre, dijo Vincenzo Longo, estratega de inversiones de IG Group en Milán. Hay más oportunidades ahí que en un "lugar periférico, como en el que se ha convertido el mercado italiano". 


Economía estancada 

Obstaculizada por insuficientes reformas, la economía italiana se ha estancado en los últimos 14 años, y se ha contraído en 10 de los últimos 11 trimestres. Sus tasas de desempleo están cerca de niveles récord, provocando que miles de italianos salgan del país en busca de un mejor futuro. 

     Lo mismo ocurre con Fiat. El endurecimiento de la regulación requiere grandes volúmenes de ventas para financiar el desarrollo de motores más limpios y expandirse en los mercados en crecimiento como China e India. Alentada por esa combinación, Fiat planea invertir 55,000 millones de euros (74,000 millones dólares) en los próximos cinco años para intensificar sus entregas 61%, a 7 millones de autos en 2018. Eso es mucho menos que el objetivo de VW, de vender 10 millones de vehículos este año. 


Crecimiento de 50% 

En la reunión de accionistas, Marchionne dijo tener como objetivo ingresos anuales en el grupo superiores a 130 millones de euros en cinco años. Esto equivaldría a un aumento de 50% con respecto a los 86,800 millones de dólares registrados el año pasado. 

     La automotriz probablemente no tenga que vender acciones para financiar su crecimiento, aunque cualquier decisión corresponderá al consejo de administración de la nueva empresa, dijo a los periodistas posteriormente. 

     Como una empresa independiente, Fiat tiene pocas opciones. Sus operaciones en Norteamérica, que eran inexistentes antes de que Fiat tomara el control de Chrysler hace aproximadamente cinco años, representaron 62% de las ganancias operativas del grupo en el segundo trimestre. Las operaciones en Europa, alguna vez la base del fabricante, perdieron 6 millones de euros, luego que su saturado mercado se recupera poco a poco después de dos décadas. Sin su división estadounidense, Fiat no habría sido rentable en 2012 y 2013. 

     Para reducir la dependencia de Fiat en Italia, en lo referente a ventas y como base de producción, Marchionne comenzó a buscar un socio hace unos 10 años cuando se hizo cargo de la automotriz, que estaba maniatada financieramente. 

     La búsqueda, que incluyó el fallido intento de adquisición de la unidad Opel de GM, no tuvo éxito hasta la quiebra de Chrysler en 2009. Ante la posibilidad de liquidar la tercera mayor automotriz de Estados Unidos, el gobierno de ese país dio la oportunidad a Fiat para mejorar a la empresa con sede en Auburn Hills, Michigan. 


Ventas de Chrysler 

Chrysler reportó que sus entregas en Estados Unidos subieron 20%, a 167,667 en julio, impulsadas por el incremento de 41% de su marca Jeep, un vehículo deportivo-utilitario. El crecimiento marcó la quincuagésima segunda ganancia en ventas mensuales consecutiva de Chrysler en su mercado doméstico. 

     Mientras que Italia no será completamente abandonada, el país se volverá menos determinante. La sede de sus oficinas generales se mudará de la villa ubicada junto la emblemática y antigua fábrica Lingotto de Fiat, la cual cuenta con una pista ovalada en el techo y que ahora alberga tiendas, un hotel y un teatro, lo que representa una señal de que Italia puede seguir adelante. Su nueva ubicación será en Slough, Inglaterra, hasta que Fiat abra una oficina en Londres a finales de año. Milán será relegada a un lugar secundario para las acciones de FCA. 

     Para mitigar la desazón provocada por tales cambios, Marchionne planea mantener las funciones de administración y tecnología de la información en Turín. También prometió mantener todas las fábricas italianas de Fiat trabajando y recontratar a cerca de 30,000 trabajadores de línea, que en su mayoría están suspendidos temporalmente. 


Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 11/08/2014

Etiquetas: Fiat Italia Fusión Automotriz