25 de jul. (Dow Jones) -- Para comprender lo que Vladimir Putin realmente quiere lograr en Ucrania --por qué está dispuesto a tomar la clase de riesgos que provocaron la destrucción de un avión de pasajeros y por qué Estados Unidos y sus aliados deben considerar su juego de poder como un esfuerzo por alterar no sólo el arco de Ucrania, sino el de toda Europa-- es necesario tomar en cuenta la historia de dos países.

El primero es Polonia, un país con 38 millones de habitantes. Después del final de la Guerra Fría, esta antigua nación del Pacto de Varsovia se volvió hacia el oeste. Casi de inmediato buscó la membresía a la Unión Europea y se unió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1999. Después de modernizar su economía, se convirtió oficialmente en parte de la Unión Europea en 2004.

A un costado de Polonia está Ucrania, un país de 44 millones de habitantes. Después del final de la Guerra Fría, este antiguo satélite soviético no se volvió al oeste, sino que más bien se mantuvo enfocado al este, en su relación tradicional con Rusia.

¿Qué les ha pasado a estos dos vecinos en el cuarto de siglo posterior a la caída del Muro de Berlín? En resumen, que ambos han avanzado en direcciones diametralmente opuestas.

Polonia, el país que se integró a la economía occidental, ha crecido casi el doble de lo que ha crecido Ucrania. El año pasado, su tasa de crecimiento fue tres veces mayor. Aunque es el ligeramente menor de los dos vecinos, Polonia ahora tiene un producto interno bruto de más del doble del tamaño del de Ucrania. Y tiene únicamente la mitad de la proporción de su población viviendo bajo la línea de pobreza comparada con la de Ucrania.

Este es el contraste que debe atemorizar a Putin. También es el que encendió la alarma cuando Ucrania, emulando a la vecina Polonia, comenzó a virar hacia el oeste a principios de este año. El permitir que sucediera ese giro, en el más importante de los satélites rusos, habría sido el final de alguno de los sueños de reconstruir el imperio ruso a corto plazo.

En resumen, el objetivo de recrear la esfera de influencia rusa estaba chocando de frente con la propagación del modelo occidental de la Unión Europea para Europa, el cual se estaba filtrando hasta las puertas de Rusia. Putin enfrentó una decisión histórica: dejarse llevar por la marea o nadar contra ella. Optó por lo segundo.

"Creo que el objetivo [de Rusia] es una Ucrania débil y dividida, y una meta de mayor calado también es una Europa débil y dividida --una Unión Europea débil y dividida", dijo Robert Hormats, subsecretario de Estado durante el primer periodo presidencial de Obama. Además, en la medida en que prospere un país como Polonia, añadió, "eso crea un muy, pero muy fuerte contraste con los prospectos de dificultades económicas que privan en Rusia".

Putin tuvo que actuar con diligencia para revertir esas tendencias, ya que ahora está en un momento de relativa fortaleza que está declinando. Hoy día, la dependencia de Europa Occidental en el gas natural ruso le da cierta ventaja económica. Y debido a que Europa ha estado consumiendo cada vez más gas de Putin, el comercio de la Unión Europea con Rusia se ha triplicado en valor durante la última década.

Esta ventaja económica rusa no parece que vaya a durar; eventualmente, Europa reducirá su dependencia en los combustibles de carbono rusos. Aunque por ahora, Putin debe haber calculado, puede hacer su jugada en Ucrania y enfrentar una respuesta occidental mitigada.

Y si ese era su cálculo, estuvo casi totalmente en lo correcto. Los intereses empresariales, no sólo en Europa sino también en Estados Unidos, han resistido las sanciones económicas cada vez más duras. El derribo de un avión de pasajeros parece haber cambiado eso; lo que se deduce de la reunión de los líderes de la Unión Eropea reciente.

Esto también explica por qué Polonia ve con alarma la intimidación de Ucrania por parte de Rusia, y la respuesta de Occidente hasta este momento. Por la historia, Polonia sabe que es vulnerable a verse forzada a virar hacia el este de nueva cuenta y por eso busca más ayuda del club occidental al que pertenece en la actualidad.

"La crisis en Ucrania podría haberse prevenido", dijo Radoslaw Sikorski, ministro de relaciones exteriores de Polonia, en una entrevista reciente con periodistas alemanes. "Europa ha hecho muy poco por influir en el comportamiento de Rusia durante las diferentes etapas del conflicto. Cuando Rusia le impuso un boicot comercial a Ucrania el año pasado para castigarla por su trayectoria europea, le supliqué a mis colegas que tomaran medidas". Si Occidente hubiera actuado en ese momento, añadió, probablemente se habría evitado la actual "escalada".

Si Polonia es efectivamente la historia de éxito, es una nota particularmente preocupante para el presidente Barack Obama el que una revista polaca el mes pasado citara a Sikorski diciendo, en una cinta filtrada de una conversación privada, que los lazos de defensa de Polonia con Estados Unidos "no tenía valor" alguno.

En su entrevista del fin de semana fue más diplomático pero abogó por más ayuda occidental de defensa para evitar el destino de Ucrania. "La realidad [es] que hay grandes bases militares [occidentales] en los países que están seguros. Y hay vacilación para construir esas bases en los estados que se sienten amenazados".

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Eduardo García

 

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Fecha de publicación: 25/07/2014