24 de jul. (Dow Jones) -- El acuerdo por 7,000 millones de dólares al que llegó Citigroup con el Departamento de Justicia de Estados Unidos que fue anunciado recientemente, casi se vino a mediados del mes pasado.

Los funcionarios del gobierno, frustrados por los meses de regateo improductivo, le advirtieron al banco que presentarían una demanda. Pero horas antes de que expirara el plazo, el Departamento de Justicia pospuso sus planes.

El 17 de junio por la tarde se filtraron noticias de que Estados Unidos había capturado a Ahmed Abu Khatallah, un sospechoso clave en los ataques de 2012 contra el consulado estadounidense en Benghazi. Los funcionarios del Departamento de Justicia no querían que el anuncio de la demanda contra Citigroup --y su letanía adjunta de supuestas fechorías relacionadas con títulos respaldados por hipotecas-- se viera opacado por las preguntas acerca del sospechoso de Benghazi y la política de Estados Unidos referente a los detenidos. Citigroup, que no quiso elevar su oferta de nuevo y que se había estado preparando para ser demandada, nunca volvió a escuchar la amenaza de la demanda.

En lugar de eso, ambas partes volvieron a la mesa de negociaciones. Si no hubiera sido por ese acontecimiento totalmente ajeno, Citigroup y el Departamento de Justicia pudieron no haber llegado al acuerdo que anunciaron posteriormente.

Esta reconstrucción de los acontecimientos que condujeron al acuerdo se basa en entrevistas con personas cercanas a las conversaciones.

Las dos partes estuvieron negociando durante meses. Comenzado con cifras que diferían en varios órdenes de magnitud: Citigroup inició negociaciones con una oferta de 363 millones de dólares para solventar los cargos del Departamento de Justicia, más cierta cantidad de compensación para los consumidores.

Por su parte, el Departamento de Justicia había empezado exigiendo una cifra  cercana a los 12,000 millones de dólares y que incluiría el alivio a los consumidores. Ambas partes estaban reduciendo la brecha, pero aún estaban discutiendo sobre los méritos del caso, y el gobierno había planteado la amenaza de una demanda.

Un punto de inflexión se presentó la mañana del martes 17 de junio, cuando Tony West, un alto representante del procurador de justicia Eric Holder, se reunió con su jefe y le propuso una opción: regresar a la mesa de negociaciones, o seguir adelante con los planes para presentar una demanda al día siguiente. Holder prefirió la demanda. West entonces le habló por teléfono a Ted Wells, un importante abogado externo de Citigroup, y le dio la noticia.

El Departamento de Justicia comenzó a planear su anuncio. John Walsh, el fiscal de Estados Unidos en Colorado y cuya oficina estaba trabajando en el caso en conjunción con su contraparte de Brooklyn, abordó un vuelo de Denver a Washington para asistir a una conferencia de prensa. Para entonces, Citigroup había elevado su oferta varias veces y le dijo al Departamento de Justicia que no estaba dispuesta a hacerlo de nuevo. En ese momento estaba ofreciendo 7,000 millones de dólares.

Entonces se difundió la noticia de la captura de Khatallah.

Funcionarios del Departamento de Justicia pensaron que la atención se centraría en su interrogatorio y enjuiciamiento, distrayendo al público del anuncio de la demanda.

Así que esa noche, West le llamó a Wells para decirle que la demanda se había pospuesto. West le dijo que el departamento tenía mucho que hacer, y que la demanda no se presentaría esa semana o la siguiente, ya que él y Holder estarían viajando. En privado, algunos funcionarios del banco se preguntaron si el Departamento de Justicia no quería presentar la demanda realmente. Pocos días después, las partes ya habían regresado a la mesa de negociaciones.

El eventual acuerdo, y las negociaciones detrás del escenario que dieron pie a este, fue observado de cerca desde Washington hasta Wall Street, donde podría ayudar a sentar un precedente en las negociaciones similares en curso con Bank of America.

Tales negociaciones están intensificando los temores de los bancos de que el Departamento de Justicia se está tornando cada vez más estricto con la industria, mientras que los inversionistas están preocupados de que las sanciones bancarias no se decidan mediante una fórmula, sino con base en medidas subjetivas del gobierno. El acuerdo también podría ser considerado como una prueba clave para Michael Corbat, director ejecutivo de Citigroup, a quien se le confirió el cargo más alto en 2012 con el mandato de mejorar la relación entre el banco y el gobierno.

Mientras tanto, Holder ha enfrentado constantes críticas del Congreso y otras instancias acerca de que su Departamento de Justicia ha sido demasiado blando con las instituciones financieras. Las negociaciones con Citigroup se caldearon cuando el departamento pareció estar envalentonado: en mayo, obtuvo una declaración de culpabilidad de Credit Suisse Group, la primera aceptación de culpabilidad en dos décadas por parte de una importante institución financiera, y buscaba obtener otra de BNP Paribas.

Citigroup le pagará al gobierno de Estados Unidos una multa civil cercana a los 4,000 millones de dólares --el doble de lo que pagó JP Morgan Chase. Pero a diferencia de JP Morgan, la penalidad de Citigroup también cubre su responsabilidad referente a las obligaciones de deudas garantizadas, no sólo los valores hipotecarios. El dinero restante del acuerdo se destinará a compensar a los consumidores, Federal Deposit Insurance Corp. y a los estados de California, Delaware, Illinois, Massachusetts y Nueva York, de acuerdo a personas familiarizadas con el asunto.

Durante meses, los abogados de Citigroup argumentaron que el banco debía pagar mucho menos que JP Morgan, señalando la cuota de mercado de Citigroup en el mercado de valores respaldados por hipotecas residenciales en el período previo a la crisis: una quinta parte de la de JP Morgan. La mayoría de los títulos hipotecarios de JP Morgan habían sido emitidos por Bear Stearns y Washington Mutual, que JP Morgan no compró sino hasta el año 2008.

Por su lado, los abogados del Departamento de Justicia adujeron que la cuota de mercado de Citigroup fue mucho menos relevante que el sorprendente número de ofertas de bonos hipotecarios que unificó con los préstamos que sabía que eran morosos.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Eduardo García

 

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Fecha de publicación: 24/07/2014

Etiquetas: Citigroup Acuerdo Departamento de Justicia