18 de jul. (Dow Jones) -- La decisión de Carlos Slim, el segundo hombre de negocios más acaudalado del mundo, de achicar el tamaño de su empresa de telecomunicaciones en México está planteando preguntas acerca de cuáles serán sus intenciones de negocios al norte de la frontera de del país.

     América Móvil, la empresa de telecomunicaciones más grande de América Latina y que Slim controla con un interés superior a 60%, anunció la semana pasada que venderá algunos de sus activos para reducir su participación de mercado en México de un nivel promedio cercano a 70% a un nivel por debajo de 50% a fin de no tener que enfrentar severas reglas asimétricas.

     El dinero que muy probablemente le generará esa venta seguramente le brindará a la compañía de Slim recursos suficientes para buscar llevar a cabo una expansión adicional en el extranjero.

     En Estados Unidos, la filial América Móvil, TracFone, ofrece servicios de telefonía móvil de prepago y es ya el quinto mayor proveedor de servicios inalámbricos en Estados Unidos. La empresa vende sus servicios bajo siete marcas, entre ellas Straight Talk que se vende en las tiendas de Wal-Mart Stores, la compañía de supermercados más grande de Estados Unidos.

     TracFone ha crecido orgánicamente y a través de una serie de adquisiciones de compañías pequeñas, de prepago. La filial ofrece a Slim un punto de apoyo en Estados Unidos si decide por ampliar su presencia en el mercado más grande del planeta.

     La empresa alquila espacio en las redes de grandes compañías como AT&T y Sprint.

     Algunos analistas se preguntan si América Móvil podría intentar pujar por una empresa que le ofrezca una mayor presencia en Estados Unidos, como podría ser el cuarto proveedor en ese país, la empresa T-Mobile, que se prepara para una fusión con Sprint y que muy probablemente enfrente grandes obstáculos regulatorios.

     "Una entrada más significativa en Estados Unidos con la adquisición de [T-Mobile] podría tener sentido estratégico", dijo John Hodulik, analista con el banco de inversión UBS.

     Hodulik estima que la venta de activos mexicanos podría proporcionar más de 15,000 millones de dólares para América Móvil, aunque otros estiman que el monto que recibirá por la venta no será tan algo.

     Los fondos también podrían ir hacia la expansión de sus negocios de telecomunicaciones en Brasil o Europa, un país y una región en las que la empresa de Slim ya cuenta con presencia y en las que el empresario ha dicho que tiene interés de expandir su presencia.

     Claro que la posibilidad de adquirir T-Mobile se ve también remota ya que la empresa lleva ya tiempo negociando con el propietario de Sprint, la empresa SoftBank.

     Sin embargo, otras opciones para Slim incluyen la posibilidad de crecer su imperio de prepago mediante la adquisición de otras compañías que también alquilan capacidad de las principales compañías de telefonía móvil, o incluso la adquisición de los activos que probablemente tenga que vender la fusión de T-Mobile con Sprint por órdenes de los reguladores.

     Ejecutivos de América Móvil se negaron a emitir un comentario sobre la estrategia futura de la empresa tras la venta de activos en México.

     Slim, de 74 años, ha logrado expandir su imperio de telecomunicaciones en toda América Latina en los últimos 15 años y, más recientemente, se ha trasladado a otros mercados. Actualmente está comprando una participación mayoritaria en Telekom Austria y es propietaria de una participación minoritaria en la compañía holandesa Royal KPN, que incluso intentó controlar pero cuya propuesta de adquisición fue rechazada por el accionista de control.

     Algunos banqueros de inversión le han presentado diversas empresas estadounidenses a América Móvil en los últimos años, incluyendo T-Mobile, Leap Wireless y MetroPCS, pero Slim no ha estado interesado hasta ahora, de acuerdo con una persona familiarizada con el asunto.

     Cuando realizaba su primera incursión en Europa hace dos años, América Móvil dijo que había considerado incrementar su inversión en Estados Unidos pero que no quería poner en peligro el modelo de negocios de TracFone que había funcionado tan bien con requerimientos de capital mínimo.

     “Es un mercado enorme que requiere enormes inversiones”, dijo el director de finanzas de América Móvil, Carlos García Moreno, sobre el mercado estadounidense en aquel momento. “Por lo que es difícil mantenerse actualizado, mucho más alcanzar a otros”.

     Slim, por su parte, ha estado activo en el mercado estadounidense adquiriendo una variedad de negocios como inversiones, desde participaciones en la cadena de tiendas departamentales de lujo, Saks; la cadena de tiendas de artículos para oficina, OfficeMax; y la empresa de medios, The New York Times Co.

     En 2000, una de las empresas de Slim adquirió la cadena de tiendas de equipo de cómputo y tecnológico, CompUSA, pero fracasó y cerró ocho años más tarde.

     Ante la continua consolidación del mercado de las telecomunicaciones en Estados Unidos, no es tampoco muy claro si Slim estaría dispuesto a adquirir una mayor participación en ese mercado.

     El empresario siempre ha mostrado gran habilidad para detectar activos baratos, adquiriendo incluso un número importante de empresas baratas cuando enfrentaron tiempos difíciles en los ochenta y a inicios de los noventa por los problemas macroeconómicos que enfrentó el país.

     Otro problema ha sido su estrecha relación con AT&T, que poseía hasta hace poco una participación en América Móvil. La relación entre ambas compañías data de la década de 1990 cuando Southwestern Bell, un predecesor de la actual AT&T, se asoció con Slim para comprar la empresa estatal, Teléfonos de México, cuando fue subastada y privatizada. Telmex después escindió América Móvil, la cual al final creció más y absorbió posteriormente a la que fue su empresa controladora.

     El actual presidente ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, trabajó para Slim en México durante la década de 1990. Slim incluso asistió a la boda de la hija de Stephenson. En una rueda de prensa en mayo, Stephenson describió a Slim como "un amigo muy querido".

     Las dos empresas con frecuencia discutieron sus respectivas estrategias a través de los años, de acuerdo con personas familiarizadas con las conversaciones. Incluso, consideraron llevar a cabo adquisiciones internacionales juntas varias veces y no han tenido deseo alguno de competir directamente, dijeron las personas.

     AT&T, sin embargo, vendió su participación de 8% en América Móvil en junio a Slim, tras acordar la compra de la empresa de televisión satelital, DirecTV, que compite con Slim en el mercado de la televisión latinoamericana.

     Slim entró sigilosamente al mercado inalámbrico de Estados Unidos, a finales de los noventa, primero vía una alianza con Sprint para el mercado de larga distancia. Posteriormente, mediante la compra de una participación de control de Topp Telecom en 1999, una compañía de prepago-inalámbrico con sede en Miami, por 57.5 millones de dólares.

     Posteriormente, la empresa cambió su nombre a TracFone y ayudó a desarrollar el negocio de prepago al vender sus teléfonos en los lugares donde los clientes sensibles a los precios podían adquirirlos, dijo Rod Nakjavani, co-fundador de Simple Mobile, una empresa que fue adquirida por TracFone en 2012.

     "Se metieron en los supers grandes y las tiendas de productos frescos y en cada pequeño rincón imaginable”, agregó.

     En 2005, TracFone obtuvo la aprobación de Federal Communications Commission (FCC) para ofrecer servicios móviles bajo un programa del gobierno que daba el servicio de línea fija subsidiada a las personas de bajos ingresos.

     En el primer año, el servicio estuvo disponible en algunos estados, los suscriptores del programa crecieron en más de 20%. Posteriormente, el gobierno tuvo que reestructurar el programa para combatir el fraude, lo que resultó en la pérdida de millones de suscriptores en todo el sector.

     TracFone ha crecido más que sus rivales en Estados Unidos --el número de abonados a aumentado en 27% en los últimos dos años, en parte a través de la adquisición de otras compañías que venden sus servicios mediante la renta de capacidad de transmisión de empresas más grandes.

     A finales de marzo, TracFone tenía más o menos un tercio de los suscriptores de prepago, utilizando la infraestructura de los principales proveedores de servicios de telecomunicaciones, de acuerdo con UBS, pero el ingreso promedio por usuario fue de sólo 21.58 dólares al mes, menos de la mitad de lo que Verizon Wireless obtiene de sus clientes de prepago.

     Sus márgenes no son altos debido a los altos costos de alquiler de capacidad de red y a sus precios más bajos.

     En México, América Móvil tuvo márgenes operativos ajustados de alrededor de 44% de su negocio de telefonía móvil en 2013, de acuerdo con reportes de la empresa. En el mismo período, los márgenes de TracFone fueron de 8%.

     Eso podría dar a Slim un incentivo para tratar de poseer una red en Estados Unidos.

     "Si no se controla la red es difícil controlar tu destino", dijo Paul de Sa, un ex funcionario de FCC, quien ahora es analista de Bernstein Research. "Es un negocio duro para estar".

    


Fecha de publicación: 18/07/2014