Los baños del futuro no necesitarán líneas de alcantarillado. Un modelo propuesto ni siquiera necesita agua de descarga. Pueden salir de la red de alcantarillas y convertir los desechos humanos, o desechos fecales en el lenguaje de la industria, en electricidad y agua limpia.

Bill Gates fue testigo: alguna vez tomó un sorbo de agua que se había originado a partir de excremento. El agua fue filtrada por una planta de tratamiento de residuos a pequeña escala fabricada por Sedron Technologies, una de las empresas expuesta en una feria de inodoros realizada en Beijing. “Oh, fue genial”, dijo Gates en una entrevista. “Literalmente, fue agua más pura que la que obtendrías de un grifo normal”.

Siete años después de que la Fundación Bill y Melinda Gates retó por primera vez a los inventores a construir inodoros baratos que no usaran el alcantarillado, varios prototipos están empezando las primeras pruebas. Esta nueva generación de inodoros podría reducir la propagación de enfermedades entre los más de cuatro mil millones de personas que no tienen acceso a un saneamiento administrado de manera segura.

Estos inodoros aún están lejos de la producción en masa, y persisten algunas dificultades con los procesos de filtrado y el diseño del producto. Pero la esperanza es que se pueda instalar un nuevo modelo de inodoro en hogares que estén en lugares que carezcan de buena infraestructura. Se espera que la mayoría de los modelos se sometan a más pruebas de campo en China, India, Sudáfrica y otros países el próximo año, con posibles lanzamientos al mercado posteriormente. Sin embargo, algunos críticos dicen que las soluciones de alta tecnología no son prácticas para esas áreas y cuestionan si los modelos algún día serán asequibles.

Gates espera que los primeros usuarios provengan de áreas de ingresos medios o altos. “Pero a medida que pasen los años, a medida que aumente el volumen, a medida que se optimice el diseño, es cuando aún sin subsidios comenzaremos a verlo aparecer en los barrios urbanos marginales, incluso en el África subsahariana”, dijo.

Estos inodoros domésticos podrían convertirse en un mercado de seis mil millones para 2030, estimó Gates. Hasta entonces, un segundo sistema, una planta de tratamiento de residuos a pequeña escala apodada el omni-procesador, puede configurarse de manera más inmediata para administrar de manera segura los residuos en las escuelas, complejos de apartamentos y otras comunidades pequeñas. La planta ofrece la bonificación de agua potable. El problema con el sistema de saneamiento actual de inodoros domésticos conectados a una extensa red de alcantarillado y tuberías de agua es que el sistema es difícil de instalar en el mundo en desarrollo, lugares remotos y campamentos de refugiados.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 17/12/2018