Varios momentos de ‘Ant-Man and the Wasp’ se desarrollan en el ámbito cuántico, por lo que hay muchas honduras sobre el enredo cuántico, un fenómeno demasiado abstracto como para que la mayoría de nosotros lo captemos.

Sin embargo, la última cinta épica de Marvel Comics es una demostración lúcida de un enredo que no es cuántico. A diferencia de la primera ‘Ant-Man’, inexplicablemente aburrida, que apareció y se difuminó hace tres años, esta nos enreda alegremente, casi instantáneamente, con sus deslumbrantes destellos de alta tecnología y en sus ingeniosos embrujos, sin perder nunca la atracción gravitacional que ejerce en el espectador.

Como antes, la tecnología que miniaturiza a Ant-Man también puede convertirlo en gigante. Aunque lo mejor, sin embargo, es la escala modesta de la película. Es una epopeya de buen carácter, dedicada al principio no tecnológico de dispensar el viejo placer que provoca la diversión.

Paul Rudd regresa, triunfante, como Scott Lang (el superhéroe del título), junto con Michael Douglas como el inquebrantable inventor Dr. Hank Pym, y Evangeline Lilly, quien es encantadora y fuerte como la hija de Hank, Hope van Dyne. Hope ahora tiene alas (y propulsores) y vuela con una historia esperada; lo que la convierten en la Avispa [Wasp] del título. Lo que es más, la vuelve una fuerza femenina formidable, una súper heroína que revolotea alrededor de su súper chico poco confiable, cuando la ocasión lo exige.

La película tiene alas. Es como si todos los interesados, empezando por el director, Peyton Reed, hubieran sido liberados de la esclavitud -la inercia fundamental- de la película anterior. Parte de la explicación podría ser un nuevo conjunto de escritores. El guion se atribuye a no menos de cinco de ellos: Chris McKenna, Erik Sommers, Rudd, Andrew Barrer y Gabriel Ferrari. La producción fue diseñada por Shepherd Frankel. El cinematógrafo fue el siempre excelente Dante Spinotti.

¿Aceptarán la película los fanáticos de hueso colorado? Quizás no tanto, por las mismas razones por las que probablemente lo hará una audiencia más amplia. La película renuncia a cualquier gran propósito; carece del tipo de densidad que enfrenta a multitudes de personajes intrincadamente conectados unos contra otros en su intento por lograr metas cósmicas. Décadas atrás, parecía que todas las películas de James Bond trataban sobre James salvando el mundo. Después, las extravagancias de los comics se comprometieron con súper héroes para salvar a la galaxia. El enfoque de ‘Ant-Man and the Wasp’ es más agudo, más estricto, más humano. La madre de Hope, Janet (personificada por la exquisita Michelle Pfeiffer) --la Wasp original-- es traída de regreso del reino cuántico, donde ha estado languideciendo durante 30 años. (Pfeiffer no tiene mucho tiempo de pantalla, pero hace que su presencia sea poderosa, incluso majestuosa, sentida).

Salvar a Janet es una tarea digna para Ant-Man, pero una que requiere que Scott se libere del arresto domiciliario, en el que ha estado vegetando, con visitas periódicas de su hija Cassie, realmente adorable y que roba escenas (Abby Ryder Fortson) --a consecuencia de los eventos en ‘Captain America: Civil War’. Poco o mucho, cada película de Marvel debe mantener su conexión con el Universo cinematográfico de Marvel.

Al comenzar con un ritmo entretenido, la película encuentra tiempo para la diversión y los juegos de padre e hija durante una de esas visitas. Estas escenas son una excelente muestra de la singular calidad de Rudd como estrella de Hollywood. Él es --¿cómo explicar esto sin parecer que se miniaturiza su atractivo-- notablemente amistoso, actuando al filo de la navaja entre el ingenio y la seriedad. También es el principal beneficiario de una escritura inteligente. Rodeado por terminajos tecnológicos, Scott pregunta: “¿Ustedes ponen la palabra 'quantum' frente a todo?”

Las palabras cuentan mucho en esta producción, que puede tener la estructura narrativa más discursiva desde el lanzamiento de la cinta ‘Six Degrees of Separation’, las historias de fondo también tienen un trasfondo. En una escena hilarante, el Luis de Michael Peña y socio de Scott en una firma de seguridad de bajo costo, cuenta una elaborada historia a velocidad de urdimbre bajo la influencia de un suero de la verdad --incluso hay cosas divertidas sobre si realmente es un suero de verdad-- mientras vemos a todos los personajes de la cinta hablando a su ritmo frenético en su voz.

Aún así, ‘Ant-Man and the Wasp’ es una aventura de acción que cumple su principal imperativo. La acción es agradable, si acaso familiar. La energía cinética es vasta, aunque a veces agotadora.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 10/07/2018