Estar enfermo de gripe, o incluso tener sólo un resfriado, afecta uno de los recursos más confiables del cuerpo en la recuperación: el sueño. Encontrar la posición y las herramientas adecuadas para descansar con toda comodidad puede parecer algo imposible cuando se lucha con una cabeza palpitante, nariz tapada y el cuerpo cortado.

     Un experto, Aric Prather, un psiconeuroinmunólogo y profesor asistente de psiquiatría de University of California en San Francisco, explica por qué la gripe nos hace perezosos y cómo lograr un sueño reparador mientras luchamos contra las enfermedades estacionales.

 

Funcionando con gripe

Cuando una persona se enferma de gripe o sufre un resfriado, la respuesta inmune aguda del cuerpo incluye una mayor activación de los procesos inflamatorios, particularmente en el pasaje nasal. El resultado: mucha mucosidad que puede causar una presión intensa en la cabeza y la cara, con el consecuente dolor.

El Dr. Prather, que estudia cómo los factores psicológicos y conductuales afectan el cerebro y el sistema inmunológico, dijo que los científicos creen que esos mismos procesos inflamatorios también afectan el comportamiento de una persona.

“Si inyectas ratones con una toxina que aumenta la inflamación, estos animales adoptan comportamientos de enfermedad: están letárgicos, no tienen interés en el agua azucarada o el sexo, a menudo desarrollan fiebre y no pasan tiempo con otros animales”, dijo el Dr. Prather, quien también trata a los pacientes con insomnio en un entorno clínico. “Esto imita lo que les sucede a los humanos”.

Muchos inmunólogos conjeturan que un cuerpo enfermo necesita conservar energía para darle tiempo al sistema inmunológico para luchar contra un virus, dijo el Dr. Prather. Los estudios han demostrado que los animales infectados no solo duermen más, sino que tienen un aumento en el sueño de onda lenta, que se cree que es el más reparador.

 

Más, no es siempre mejor

Cuando una persona sufre un fuerte dolor de cabeza y está prácticamente escurriendo de la nariz, la continuidad del sueño se ve interrumpida. Esto puede significar que para obtener las siete horas requeridas de sueño por noche, una persona enferma puede necesitar estar en cama durante 10 horas. Dormir continuamente tal vez sea tan importante como tener la cantidad de sueño recomendada, dijo el Dr. Prather.

Para asegurarse de que una persona enferma duerma lo que necesita, es importante “optimizar su entorno”, dice el profesor. “Eso significa asegurar la posición de las almohadas para que no tosa durante la noche, lo que fragmentará e interrumpirá el sueño de onda lenta”.

Les dice a los pacientes que se adhieran a la higiene del buen sueño: mantener la habitación oscura, tranquila y fresca. Las personas con fiebre tendrán dificultades para regular su temperatura, por lo que es mejor vestirse en capas.

El Dr. Prather dice que los medicamentos para el resfriado con algo de ayuda para dormir pueden ayudar a pasar la noche de manera ininterrumpida, ya que los compuestos químicos deben disminuir la presión y los síntomas, ayudando a aumentar la comodidad. Pero él no está a favor de ellos, agregó, “a menos que tenga una noche terrible, ya que existen riesgos, especialmente entre las personas que son vulnerables a las caídas”.

Un humidificador también es útil, ya que puede ayudar a humectar las fosas nasales secas y así permitir una respiración más fácil.

Antes de irse a la cama, el Dr. Prather aconseja seguir una rutina de recuperación de una hora en la que se desenchufen los componentes electrónicos y haga algo relajante para preparar el escenario de una buena noche de sueño. “Ese es el caso cuando estás sano y cuando no te sientes bien”, dijo. “Necesita haber algo de ‘mi tiempo personal’”.

 

En recuperación

El trabajo del Dr. Prather se ha centrado en cómo el sueño insuficiente pone a las personas en riesgo de enfermarse realmente. En un estudio, aquellos que solían dormir seis horas o menos y estaban expuestos experimentalmente al rinovirus vivo tuvieron más de cuatro veces más probabilidades de desarrollar un resfriado clínico que aquellos que dormían más de siete horas por noche.

“Si las personas carecen de sueño, éstas también tienden a generar menos anticuerpos con una vacuna”, dijo.

Los seres humanos tienden a recuperarse de una enfermedad estacional en un periodo de 10 días, dijo el Dr. Prather. Con los beneficios del buen sueño, una persona enferma podría recuperar la salud en menos de una semana.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 08/03/2018