Muchas personas, que aún eran niños cuando se estrenó la original ‘Jumanji’ en 1995, recuerdan la película con gran afecto: por su historia de dos niños que son absorbido por un juego de mesa que los transporta a la jungla, y por sus imágenes generadas por computadora, un esfuerzo pionero en ese tiempo que parece pintoresco ante el ojos crítico de los espectadores modernos.

Ahora que la magia digital puede hacer cualquier cosa menos reformar el Congreso, desafortunadamente, es de esperar que ‘Jumanji: Welcome to the Jungle’ (‘Jumanji: En la selva’) esté inundada de efectos especiales. Sin embargo, esta secuela resulta ser una comedia, por sobre todas las cosas, y además agradable, una película que te hará reír y sumergirte en la historia.

 Las escenas se suceden de manera vertiginosa, en grandes cantidades --algo no tan malo, debido a lo que viene después. El momento es el presente y por un instante, el único elemento de fantasía es la paradójica ausencia de iPhones y computadoras Apple: es una película de Sony, por lo que todos los productos electrónicos se han colocado estratégicamente en consecuencia.

 El inicio nos presenta a cuatro chicos de preparatoria que personifican a los consabidos arquetipos familiares: una niña muy tímida que no cree que es atractiva; una princesa insoportable que sabe de su hermosura; un atleta no muy destacado académicamente y el clásico nerd hipocondriaco.

Hasta ese punto, la historia se desarolla más o menos, pero cuando los jovenzuelos son absorbidos por una vieja versión de un videojuego de Jumanji --usted ya sabía que eso iba a suceder, ¿no es verdad?-- sucede algo prometedor; se encuentran habitando los cuerpos de cuatro avatares que representan, en capacidades especiales y debilidades específicas, sus alter ego, o todo lo que no son.

Eso significa chavos encarnados por el extravagantemente entretenido Dwayne Johnson; el vociferante y bajo de estatura Kevin Hart; el deliciosamente divertido Jack Black; y la extremadamente atractiva Karen Gillan.

 Podría decirle qué chico se queda atorado en qué cuerpo, pero no quiero arruinar la divertida trama.

 Baste decir que las personificaciones dan lugar a un comportamiento sorprendente, es ahí donde entra la comedia, y las cuatro estrellas desempeñan sus papeles con una delicadeza que los lleva directamente hasta el borde de, sin llegar a, la auto-parodia.

 Ese es un logro del director, Jake Kasdan, quien trabajó basado en un guion de Chris McKenna, Jeff Pinkner, Scott Rosenberg y Erik Sommers. La historia bien pudo haber requerido cuatro libretistas, sin embargo la cinta combina la acción con el efecto muy especial del ingenio.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

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Fecha de publicación: 19/12/2017