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Si quiere comprender las limitaciones de los algoritmos que controlan lo que vemos y oímos --y basamos muchas de nuestras decisiones-- eche un vistazo al remedio experimental que Facebook ofrece para contener la pornografía de la venganza.
Para evitar que una ex pareja sentimental comparta fotos comprometedoras, quien intenta subirlas debe antes compartir esas imágenes con Facebook.
Si eso no es lo suficientemente incómodo, Facebook dice que un ser humano las tendrá además que verificar.
Sin esa revisión humana, sería demasiado fácil explotar el servicio anti-revancha pornográfica de Facebook para eliminar imágenes legítimas. La inteligencia artificial, resulta que tiene dificultades para distinguir la diferencia entre tu cuerpo desnudo y un desnudo de Tiziano.
Los gigantes de internet que pregonan su fe en la inteligencia artificial han intentado que sus algoritmos sean lo más libres posible de los humanos, y eso ha sido un problema.
El año pasado, se hizo cada vez más evidente que construir sistemas sin humanos puede llevar a resultados desastrosos, luego que los cerebros de los seres humanos reales descubren cómo explotarlo esos sistemas, como se hizo evidente con el caso de los anuncios vinculados a 470 cuentas “no auténticas” respaldadas por Rusia y que publicaron anuncios en Facebook.
La inteligencia artificial, o IA, requiere, ya sea para sistemas que buscan ganar en juegos como Go o que están pendientes de operaciones de infiltración rusa, requiere aún que los humanos desempeñen un papel activo en su creación, cuidado y operación.
Lejos de desplazar a los trabajadores, esta combinación está generando nuevos trabajos ajenos a la ingeniería, y la preponderancia de la evidencia sugiere que el auge continuará en el futuro previsible.
Facebook, por supuesto, es ahora un excelente ejemplo de esta tendencia.
La compañía anunció recientemente que agregaría 10 mil moderadores de contenido a los 10 mil que ya emplea, un aumento en la contratación que impactará su rentabilidad futura, dijo el presidente ejecutivo Mark Zuckerberg.
Facebook no es la única empresa.
Google de Alphabet, durante mucho tiempo ha empleado a seres humanos y a la inteligencia artificial para eliminar anuncios que violan sus condiciones de servicio, descubrir noticias falsas y bajar videos extremistas de YouTube.
Google no divulga cuántas personas están involucradas en su moderación de contenido, optimización de búsquedas y otros algoritmos, pero una portavoz de la compañía dijo que la cifra es de miles y que sigue creciendo.
Twitter tiene sus propios equipos para moderar el contenido, aunque la compañía no dice nada sobre cómo logra esto, aparte de promocionar la capacidad de su sistema para eliminar automáticamente 95% de las cuentas de los terroristas.
Casi todas las grandes compañías que usan inteligencia artificial para automatizar procesos necesitan seres humanos como parte de esa inteligencia, dijo Panos Ipeirotis, profesor de Stern Business School de New York University.
Las cinco instituciones financieras más grandes de Estados Unidos emplean equipos de empleados que no son ingenieros como parte de sus sistemas de inteligencia artificial, dijo Ipeirotis, una empresa que asesora bancos.
El hambre constante que tiene la IA por los cerebros humanos se basa en nuestra creciente demanda de servicios. Cuanto más solicitemos, es menos probable que un algoritmo informático pueda hacerlo solo, mientras que la combinación puede ser más efectiva y eficiente.
Por ejemplo, los empleados bancarios que anteriormente leían todos los correos electrónicos en busca de fraudes ahora hacen un mejor uso de su tiempo investigando correos electrónicos que la IA considera como sospechosos, dijo Ipeirotis.
Lo que IA puede (no puede) hacer
Un sistema de inteligencia artificial basado en el aprendizaje automático es un programa que aprende, casi como un insecto primitivo. Eso significa que no se puede programar, se le debe enseñar.
Para enseñarles, los humanos alimentan con ejemplos a los sistemas, y estos necesitan grandes cantidades de ellos. Para construir un filtro de inteligencia artificial que identifique contenido extremista en YouTube, los humanos en Google revisaron manualmente más de un millón de videos para señalar ejemplos que calificaban como tal, dijo una portavoz de Google.
Un algoritmo solo puede ser tan bueno como “la cantidad y calidad de los datos de entrenamiento para hacerlo funcionar”, dijo Robin Bordoli, director de CrowdFlower, firma que proporciona mano de obra humana a compañías que necesitan personas para entrenar y dar mantenimiento a los algoritmos de inteligencia artificial, desde automotrices y gigantes de internet hasta instituciones financieras.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 11/12/2017